EL ESTATUS DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS FUE MUY SUPERIOR EN LA COLONIA
Entrevista a Mirko Lauer, periodista de opinión del diario La República.
¿Qué podemos decir sobre el Bicentenario, que inclusive el nombre del año hace referencia a las batallas de Junín y Ayacucho?
Mire, a estas alturas yo me he vuelto una especie de especialista en el tema del bicentenario porque ya han pasado cuatro años, más los que se adelantaron al tema y el producto de mis observaciones es que es una fecha o una circunstancia que ha sido aprovechada y de alguna manera también desvirtuada. Es decir, un bicentenario es una celebración que, vamos a decirlo así, festeja la alegría de un tiempo transcurrido de que esta república que nace de manera tan precaria, hay que decirlo, con una población influyente en contra, con actos de monarquía, con una victoria militar, totalmente asegurada, en fin, esta república que nace así ha logrado vivir doscientos años, eso es lo que nuestro bicentenario dice.
¿No cree que, en las condiciones de crisis, de dificultad que vivimos en el Perú, en Latinoamérica en general, el bicentenario debía tener otra trascendencia, que generara una movilización social entre la población en general?
Por ejemplo, eso me parece una estupenda idea. Una movilización social, una especie de esfuerzo en el camino de la identidad. Claro que sí. Creo que no hemos estado a la altura de su propuesta.
Inclusive se decía que había la necesidad de un nuevo Ayacucho.
En el sentido de un escenario de batallas victoriosas, que juntó a diversos países en un propósito determinado. No es mala la idea, pero yo creo que la idea es buena, el momento no es tan bueno, porque en este momento yo no quisiera ver a los ejércitos de Centro América o de Venezuela entrando al Perú. Ni siquiera en un sentido metafórico. No hay un punto de comparación con el sesquicentena- rio del setenta y cuatro y, ciertamente volviendo a su propuesta, sin movilización social.
Ahora, doscientos años más tarde, ¿Qué podemos decir de los grandes propósitos que se logró con la República?
Pues los grandes propósitos no se materializaron, no nos olvidemos que la República, sobre todo en boca de San Martín, más que hoy día, ofreció una, vamos a llamarlo, liberación, una elevación de la condición del indio peruano como ciudadano de la república, Eso no se produjo. Y otro lado, ofreció la liberación de la esclavitud, a los afrodescendientes y eso tampoco se produjo hasta más de cien años después.
Lo único que cumplió la república fue con instalar un sistema de gobierno y, ¿cómo lo vamos a llamar?, una forma de vida que facilitara los negocios de las personas más acomodadas del país. Creo que lo ha logrado.
¿La colonia encontraba continuidad en esa forma de gobierno?
Sí, sí, con algunas diferencias, el estatus de las comunidades indígenas bajo la colonia fue muy superior al que tuvieron en la república. Yo entiendo que por razones de guerra la nobleza incaica fuera eliminada, pero no los miles de pueblos donde había gobernantes andinos tradicionales. Todos fueron eliminados con el cuento de que cualquiera podía ser sacerdote, cualquiera podía ser cualquier cosa.
Entonces, yo creo que no, que, en ese sentido, a la república, el Perú le debe mucho, pero los sectores populares andinos, yo diría que también amazónicos casi no le deben nada.
El lastre es el estado peruano. Claro, y ¿Podríamos decir que esa es la gran fractura que no se ha resuelto y que podría hasta hacer inviable el país?
Yo lo entendería, sí, sí, sí, el inviable es una expresión muy fuerte, pero, digamos, sino el país, pero podría ser inviable una vida mejor para los peruanos de toda condición, sin duda que sí. Porque, por ejemplo, lo acabamos de ver, habíamos logrado reducir el porcentaje de pobres en el Perú de cincuenta por ciento a treinta, y lo habíamos hecho bajar de una manera radical.
Y mire usted, el gobierno de un estúpido ha logrado que las cifras de la pobreza vuelvan a subir y se parezca a hace veinte o treinta años. Entonces, ese es el ejemplo que digo, ¿quién se llevó esa efímera, ese efímero alivio económico que tenían los pobres del Perú? ¿Y qué respuesta podríamos dar?
¿Quién se llevó?
Se lo llevó la gente que organiza la manera de gobernar, se lo llevaron los partidos políticos, la mayoría de los cuales son organizaciones comerciales que venden sus puestos y sus sitios y sus cosas.
¿Por todo lo que pasa, este bicentenario no se puede prolongar tres o cinco años y se inicie un plan en Ayacucho, que tenga repercusión en todo el sur andino?
Bueno, suena como una aspiración muy ayacuchana, no tengo nada contra ella, es una posibilidad, depende un poco de ese centro y de esa región, de diseñar un proyecto que convenga. Ahora, lo que se puede hacer con Ayacucho, de repente puede ser un modelo para atender toda la zona centro sur, que en realidad se encuentra muy muy distanciado, podríamos decir, de lo que es el Perú oficial, ¿podríamos entender de esa manera también? Podría ser, siempre y cuando eso no sea secuestrado, por algunos intereses.
Yo tengo enorme simpatía con Ayacucho, pues, eso yo he escrito en uno de los poemas que más prefiero. He estado casado hace muchos años, pues tengo una hija que, por parte de madre, es de familia ayacuchana. Así que a mí no me necesita convencer.
Ahora, ¿qué hacer desde el estado, para atender regiones simbólicas como Ayacucho?
Yo creo que en esas cosas la unidad de las ideologías, la unidad de los partidos, la unidad de las fuerzas cívicas con las autoridades es de los más útiles en estas circunstancias.
Finalmente, que decirles a los ayacuchanos y las regiones de la zona centro sur del Perú, en una fecha como el veinticuatro, que es el Bicentenario.
¿Qué te puedo decir? que es importantísimo, que la última batalla, la decisiva se haya dado en ese lugar. Y que además de esa batalla de Ayacucho, en la zona centro sur, sobre todo el centro, ha tenido lugar destacadísimas a cosas más adelante. El movimiento indigenista peruano, que no fue una batalla militar, pero fue una lucha, durísima y muy importante. Esa zona fue clave y en la guerra con Chile. Hay toda una tradición por rescatar.
¿Un llamado si es posible a las autoridades nacionales?
Bueno, yo he llamado todo el día, ya no me escuchan, nunca me han escuchado. Pero las autoridades nacionales lo van a hacer, lo van a hacer. Sobre todo, si se consiguen un buen publicista, que vincule la batalla de Ayacucho con el puerto de Chancay y la reunión de APEC. Esta idea de tres o cuatro grandes eventos, Uno de ellos, ayacuchano, creo que ayudaría mucho.
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