REBELIONES QUE CRECEN
09/09/2024
Wilfredo Oscorima, el gobernador regional de Ayacucho, se ha soportado en los tres periodos de su gestión, particularmente los dos primeros, en asentamientos humanos considerados emblemáticos, tales como Mollepata, Yanama, Yanamilla o el propio Acocro que hoy se les ha puesto al frente. Oscorima de hoy, no es aquel que donaba su sueldo, recurría al bolsillo para responder cualquier eventualidad con 200, 400, 1,000 soles o algo mayor. Apelaba inclusive a recursos propios, según sus propias declaraciones, para la formulación de expedientes.
Ese presidente regional primero y luego gobernador, que aparecia mostrando una autoridad de Estado distinto, magnanime, sensible a las necesidades de las poblaciones y las personas ha quedado en el pasado. Los requerimientos reales, ciertamente, no pasan por sus bolsillos,sino por exigencias mayores, sobre todo a las expectativas abiertas y las demandas ciudadanas. Esas demandas son hoy carreteras, saneamiento basico, urgencia de garantia del agua particularmente en las zonas rurales, que en nada han sido aprovechados en estos tiempos de Bicentenario, salvo los Bolivarianos que no responden a su gestion.
En consecuencia, la respuesta ciudadada ya no es de obediencia, sino de demandas y emplazamientos, como tiene que ser; de firmeza ciudadana, que por cierto, no es lenguaje de gestión del gobernador regional. No es de extrañar, entonces, su lamentable reacción pública en Mollepata.
La oposición tendría hoy, a la movilización ciudadana, el plato servido de su revotaria, pero no está en la capacidad de capitalizar descontento que cada vez crece mas, porque las mesas y las actas, no tienen mayor resultado. La carretera de Los Libertadores, sigue igual, sin respuesta de emergencia inmediata.
Si la revocatoria no va, tampoco iría su reelección, no precisamente, porque la norma entraria en vigencia en la siguiente gestión, sino porque ya no contaría con soporte social propio, alimentado desde los asentamientos humanos. Hay que recordar que Oscorima ganó solo, las pasadas elecciones, casi sin alcaldes provinciales y distritales. Ya no fue la locomotora que todos esperaban. Esa locomotora ya no funcionaria ni para si mismo.
Seguimos pensando que apelar al Bicentenario, que prácticamente a ignorado el gobernador, podría abrir un horizonte mayor, de inicio de un proceso de atencion legitima a Ayacucho, no solo desde las autoridades nacionales y la solidaridad internacional, sino la propia movilización social ciudadana.
Aun estamos a tiempo de promover procesos de unidad mayores, aun con una gran mochila encima.
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