LOS FAMILIARES ESPERAN OTRA SOLIDARIDAD
17/07/2024
Habría que ponerse en el pellejo de los más de medio centenar de familias que han perdido a sus seres queridos en las carreteras que tenemos en Ayacucho, la vía Los Libertadores y la carretera hacia Huancayo, para saber si la respuesta a la desgracia que les sucede es el estado calamitoso de la carretera u otro.
¿Dónde están padeciendo las familias de las víctimas del hecho de sangre? ¿en el Ministerio de transportes? O ahora padecen en la agencia de transportes Molina, que debiera llamarse la agencia de la muerte. Están viendo como cubren los costos de sepultar a sus muertos en medio del dolor, con toda
Y hay que decirlo, que esto solo es el inicio de toda la desgracia y peripecia que viene para las familias, que permanecerán en las puertas de la administración de la Empresa, en los despachos judiciales costeando abogados, en busca de algún modo, justicia a todo lo que les ha sucedido.
Pero el asunto, no queda ahí. Cual es informe que puede entregar el Ministerio de Transportes, la Dirección Regional de Transportes, la Defensoría del Pueblo, el Frente de Defensa y tantos interesados que aparecen hoy, sobre los accidentes anteriores. ¿Cuánto de resarcimiento económico se ha producido para las familias de víctimas? ¿Cuántas licencias de estas empresas están canceladas? ¿Cuántos responsables sean conductores o propietarios de las empresas están purgando carcelería? O finalmente, aunque sea para consuelo, existe algún informe técnico sobre estos accidentes, que en el caso de Libertadores sólo ocurren en la madrugada.
La respuesta es nada o nadie. Se sabía que solo el conductor de la Empresa Molina, que suscitó el accidente en la carretera hacia Huancayo con 25 muertos estaba detenido preventivamente. Y todo lo demás, es una larga odisea, que termina en el dolor, el llanto, la impotencia y, unas capillas con flores que ponen los familiares a borde de la carretera, escenario de la tragedia.
Demandar justicia, exigir medidas, es la verdadera solidaridad que debemos mostrar los ciudadanos a los familiares.
El estado de las carreteras, entre las que se encuentra Los Libertadores, no es de hace de hace meses, es de hace años y, todos hemos asistido indiferentes frente a esta realidad. Y es una vergüenza para los ayacuchanos, llegar al Bicentenario con este estado de nuestras principales vías de integración, de desarrollo.
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