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LOS BOZA: BUSCANDO PONER EN VALOR LA ACTUAL PREFECTURA

LOS BOZA: BUSCANDO PONER EN VALOR LA ACTUAL PREFECTURA

Ayacucho, la ciudad conocida históricamente como Huamanga, tiene como uno de sus mayores signos, las casonas. El Ministerio de Cultura registra al menos 1,200 en todo Ayacucho, los mismos que están reconocidos como patrimonio cultural de la nación, un bien que pertenece a todos los peruanos y; por tanto, merecen ser conservados, puestos en valor, que en estos tiempos va más allá del valor propio, para convertirse en un recurso importante para la promoción de la identidad y el turismo.

LA CASA BOZA

Una de esas hermosas casonas, es el actual local de la prefectura de Ayacucho, más conocida como la casa Boza y Solís, que guarda características arquitectónicas únicas y que fue parte de una estructura mucho mayor, cuya construcción data del siglo XVII, los años 1600, como lo cuenta, don Nicolás Boza Bruhn, quien es descendiente directo del primer Nicolás Boza Lima.  “La construcción tenía un frente de 100 metros hacia la plaza, que incluía parte del poder judicial, por donde ingresaba la caballería. La construcción duró más de quince años, en la que trabajaron picapedreros para tallados muy precisos”.

Su esposa, doña Patricia cuenta que, en una de las visitas a la ciudad de Ayacucho, descubrieron que la casona pertenecía a una familia Boza, que les llamó la atención e hicieron todas las indagaciones del caso y, concluyeron en más de 400 años, el único Boza nacido, había sido su esposo Nicolás, que tiene un hijo y un nieto que también llevan el nombre del abuelo, que remontado en la historia tienen descendencia del primer Boza llegado a Huamanga a la orden directa del rey Carlos V de España.

UN LARGO ESFUERZO POR RECUPERAR EL VALOR

Desde entonces, la familia Boza Celi, asumió el deber de mantenerlo y al menos lograr algún nivel de recuperación, como una casona impresionante, que es. Y como tal, llevaron a cabo distintos esfuerzos que permitió mantener al menos en parte el valor de un patrimonio histórico. “Desde el 2012, iniciamos con distintas actividades de recuperación de la casona. Se ha cambiado todo el techo, se ha restaurado todo un ambiente integro, las paredes, el techo, sin tocar la piedra; volvimos a restaurar la carceleta de María Parado de Bellido y, ahora último se ha hecho un inventariado de todos los muebles republicanos que tiene la casona, entre otras cosas menores”.

Sin embargo, la casona, requiere de una intervención integral, como en su momento ocurrió con casonas que actualmente, mantienen todo su valor, como es la casona Velarde Álvarez, recuperado gracias al apoyo de la cooperación española a través de AECIT. Los otros casos, son las casonas actualmente de propiedad del el Banco de Crédito, Banco de la Nación, el poder judicial, la Cooperativa Santa María Magdalena, entre otros.

“Los apoyos en estos tiempos no son sencillos; sin embargo, existe la posibilidad de proyectos público – privados, que por obras por impuestos, podrían posibilitar su intervención integral. En tal sentido, contamos con un expediente técnico y estamos buscando las autorizaciones correspondientes, tanto del Ministerio de Cultura, como el Ministerio del Interior; este último es el propietario de la casona.

UNA CASONA EN ABANDONO

Doña Patricia, que ha hecho de la casona, un propósito de recuperación, observa que todo lo hecho ha resultado insuficiente y como tal, ahora tiene múltiples problemas y debe ser intervenido, dado que “No solo es una casona con valor propio, sino también, un lugar histórico, por cuanto, allí se encuentra la celda, donde fue prisionera María Parado de Bellido, heroína peruana; además es el actual local de la prefectura, que se entiende, es la mayor representación en la región de la presidencia de la república”, reitera.

UNA APUESTA POR AYACUCHO

Don Nicolás y doña Patricia, han hecho de Ayacucho su referente importante y, quieren tener en la casona que lleva el apellido del esposo, el orgullo de la familia, pero sobre todo un gran valor de mucho significado para Ayacucho. Tiene en su casa, todos los signos del arte popular ayacuchano y la mayor expresión de sus artistas populares, tales como Julio Gálvez, Alfredo López, entre otros.

Con ocasión de la presentación del libro del bicentenario en el congreso de la república, señaló que sentía vergüenza, por tener una casa de gran valor en el estado en que se encuentra.

 OTRAS CASONAS IGUAL, EN DESCUIDO

Por lo general, las casonas declaradas como patrimonio cultural, no tienen mayor atención del Estado en cuanto a mantenimiento; y menos, puesta en valor. Muchas de ellas se pueden observar en buenas condiciones, pero tienen problemas estructurales. Una evidencia de descuido general, es, por ejemplo, la casona ocupado por el rectorado de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, que ha llegado a un estado lamentable y recién, las autoridades empiezan a ponerle la atención y se encuentran con un sin número de obstáculos burocráticos.

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