LOS AYACUCHANOS TIENEN QUE LEVANTAR LA VOZ
Entrevista a Roque Benavides, empresario minero. Decano del Colegio de Ingenieros de Lima.
Usted estuvo en Ayacucho hace poco. ¿Cuál fue su primera impresión?
Quedé muy impactado en la Semana Santa. Yo siempre dije: “Ayacucho, rincón de los muertos”, y el presidente respondió: “no, morada del alma”. Me impactó por el uso del idioma, uno en forma negativa, “rincón de los muertos”, y otra en forma muy positiva, “morada del alma”. Es el nuevo espíritu que queremos en Ayacucho.
Ayacucho es una región simbólica por su historia y por el significado de la batalla de Ayacucho, ¿Qué significa para el Perú y para los países latinoamericanos?
Estamos celebrando 200 años de independencia. Fue la última batalla y para todos los latinoamericanos sella la independencia de España. En esa batalla combatieron de un lado y otro peruanos y españoles. No fueron solamente españoles de un lado y peruanos del otro lado. Fue la unión de países de la América, junto a intereses de algunos españoles, que querían quedarse en el Perú.
Esa empresa común no se ha mantenido igual que los ideales de los libertadores.
Marcelo Gullo, se refiere a que los españoles no nos hicieron todo el daño, que a veces se quiere suponer. Mucho heredamos de España, idioma, religión. El Perú, Cuba y América se beneficiaron de la colonia. Estamos hablando en el idioma español. Tenemos tradiciones, los bailes, el caballo, la comida. No podemos estar mirando solo lo negativo, que puede haber en el pasado, sino una visión del futuro, que es común, con el mundo, con la globalización, y España es parte de eso.
¿Podemos decir, 200 años más tarde, que tenemos el país que los libertadores soñaron? ¿Cuál es la situación de nuestro país?
Hay que analizar la historia de estos 200 años. Los primeros cincuenta o sesenta años, fueron gobiernos militares, luego vino el civilismo, luego vino Leguía y posterior a eso mucha inestabilidad. Creo que muchos gobiernos militares también, como los de Odría y Velasco, hicieron retroceder al Perú en cuanto a democracia, crecimiento económico. Las décadas del 70’ y 80’ fueron perdidas. A partir del 90’, el Perú ha ido mejorando económicamente. En los últimos años, por la inestabilidad política y económica hemos retrocedido. El análisis tiene que ser hecho con autocrítica. La República del Perú no ha funcionado a la perfección. Hemos sido nosotros, que, a puro pulso, hicimos las cosas mal. El Perú es aún un país con grado de inversión y eso es importante. Más allá de las revueltas de comienzos del año pasado, tiene cierta tranquilidad y debe retomar la senda del crecimiento económico, con desarrollo social y cuidado del me- dio ambiente. No escapemos a la tendencia mundial, ambiental, social y gobernanza. Se necesita institucionalidad, formalidad, y, por supuesto, seguridad ciudadana. Podemos ver el vaso medio lleno, medio vacío. Yo prefiero verlo medio lleno. Es un proceso y todavía tenemos mucho por mejorar. El tema de la infraestructura, es producto de la ineficiencia del estado. Necesita el país más infraestructura para integrar la costa, la sierra, la selva. Hay que construir túneles trasandinos para cruzar a una altura adecua- da. Necesitamos obras de irrigación para evitar que las aguas, en el caso de la vertiente del Pacífico, se vayan al mar y que, por supuesto, se salinicen. Tenemos todas las condiciones para ser un país que camine hacia adelante. El Perú puede salir adelante. Lo ha hecho en el pasado. Lo puede hacer en el futuro.
Sabemos el valor de la minería, pero hay esa dicotomía: mina no, vida sí. Se pide que no se otorgue denuncios, menos en cabeceras de cuenca. ¿Cómo ve usted ese panorama?
El Perú tiene mucho potencial minero. Somos de los países que tiene más agua, pero nos quejamos de la falta de agua. Decimos: “Agua sí, mina, no”; “agricultura sí, mine- ría, no”. Eso es un absurdo, no tiene ningún sentido. Aplicamos una teoría de cabeceras de cuenca, que es un concepto ideológico y antitécnico. El Perú tiene un gran potencial, un gran futuro, y tenemos que trabajarlo con entusiasmo y con realismo. Es importante mencionar que hay minería formal, responsable, que cuida el medio ambiente, respeta a las comunidades y la defendemos porque genera actividad económica y progreso para el país. Hay minería informal, ilegal que no es fiscalizada, que debe desaparecer.
¿Cuál es la importancia de la minería en Ayacucho?
En Ayacucho no hay una sola mina importante. Hay minas medianas. En Ayacucho, más allá de Canarias, no hay minería, igual que en Huancavelica. Las minas grandes están en Áncash, Tacna, Moquegua, Arequipa.
El bicentenario debería ser un momento de reflexión, movilización, definición de planes y evaluaciones. Nada de eso está ocurriendo.
Debería ser una oportunidad para que los peruanos nos juntáramos para hacer cosas propositivas, pero es una fecha más. Tenemos que ser autocríticos. Hemos elegido este gobierno. El 2026 debemos de elegir, un mejor gobierno que el que elegimos el 2021.
Ayacucho es símbolo de la independencia. Usted ha encontrado otra disposición, pero los indicadores siguen adversos. ¿Qué se debe hacer?
Sacar fuerzas de adentro y promover la región. Veo una tendencia pesimista y dicen como Cajamarca, “somos una región pobre”. ¿Cuál es la alternativa? Trabajar, atraer buena inversión que cuide el medio ambiente, respete las comunidades, contribuya al desarrollo económico. No sólo minera, sino agrícola, turística, industrial. Soy optimista y debo transmitir un mensaje de optimismo para generar el desarrollo, producto del esfuerzo de todos los ayacuchanos.
Un plan que reivindique la zona andina, iniciando en este bicentenario, ¿sería posible?
Sí. El Perú tiene que invertir en infraestructura: hospitales, escuelas, carreteras, ferrocarriles. Integrar la costa, la sierra y la selva, y los ferrocarriles son la alternativa. El nuevo puerto de Chancay va a requerir infraestructura ferroviaria Chancay – El Callao; Chancay – Huachipa. Integrar Huaura – Oyón – hasta Tingo María.
Ayacucho tiene una antigua universidad. ¿Qué papel debe jugar en el desarrollo de la región?
He estado muchas veces en la Universidad San Cristóbal de Huamanga. Hay que potenciarla y de ahí saldrán los talentos que necesita Ayacucho para su desarrollo. Repito, he notado una actitud muy positiva. Yo, por ejemplo, levantaría mi voz por la Vía de Los Libertadores, ¿cómo es posible que esté en ese estado, si estamos a meses de los Juegos Bolivarianos? El escándalo del señor Oscorima y la señora Boluarte no ayuda. Es momento de levantar la voz, y no solamente por el Rolex y sus joyas del señor Oscorima. Creo que tienen que levantar su voz los ayacuchanos y también la iglesia, el monseñor Piñeiro. Me tienen a su disposición para acompañarlos. Los pueblos, son dueños de su presente y de su futuro. Tenemos que trabajar para el futuro para que Ayacucho sea vista como una parte muy importante del Perú, donde se dio la última batalla contra el imperio español.
About The Author
Comentarios
0 comentarios