Lo retos del 2025
Por Carlos Condori, antropólogo y periodista ayacuchano.
El año que acaba de concluir, tenía como denominación, del BICENTENARIO DE LAS BATALLAS DE AYACUCHO Y JUNIN Y LA CONSOLIDACIÓN DE LA INDEPENDENCIA. Pocas horas antes de las doce de la noche, Dina Boluarte, se dirigió al país, más que para alentar a los peruanos en los retos que tenemos para el año 2025, en hacer prácticamente un balance “sumamente positivo de su gestión” y trazó un conjunto de intensiones a ser implementadas en el año que iniciamos. Sin embargo, ninguna alusión a lo hecho o logrado en el año denominado del bicentenario. Solo un conjunto de colegios que serían entregados en el transcurso del año.
Esto quiere decir, que el bicentenario y el significado de la consolidación de la independencia, fue simplemente una vaga referencia, sin ningún plan desde el ejecutivo en el tema, que involucrará al conjunto de ministerios, para hacer realidad, el nombre del año, que, dicho sea de paso, no es únicamente una denominación, sino más que eso, un slogan movilizador para el logro de propósitos determinados.
La referencia a manera de balance, del significado del año 2024, fue prácticamente nada, porque simplemente, los 200 años del proceso de la independencia, no había sido parte de la agenda de gobierno nacional. Pero, no sólo de gobierno nacional, si se hace referencia a las audiencias de rendición de cuentas regional y provincial de Huamanga, las ausencias son igualmente evidentes.
Lo cierto, es que el bicentenario, que significa mirar el país y la región en un horizonte de largo plazo, con acciones trascedentes en esa dirección, no estuvieron. Eso no quiere decir, que la historia ya sea parte del pasado, sino al contrario, la única forma de ver un horizonte mayor, comprometer a actores sociales en propósitos comunes, es levantar la trascendencia del hecho histórico y colocar en la agenda local, regional, nacional. De otro modo, seguimos en el día a día sin mayor horizonte, que las voluntades de los administradores actuales.
La pregunta es, entonces, ¿qué hacer? ¿Cómo lograr actoría trascendente, que coloque una agenda mínima en el gobierno nacional? O; qué el señor Oscorima, le muestre algún interés, para escuchar propuestas y construir una agenda que va más allá de la actual gestión para convertirse en política regional de largo aliento. Cómo se generan esas voluntades sobre todo en las municipalidades provinciales y, por su puesto, de hace de las organizaciones sociales, entes movilizadores hacia propuestas y acciones positivas concertadas.
Se trata sin duda, de construir liderazgos respetables y de consenso, que tienen la capacidad de sentar y llegar a las autoridades nacionales y, por cierto, al gobernador regional. En otras palabras, actores con posibilidad de hablar claro y fuerte, en cualquier espacio posible. Liderazgo con capacidad de convocatoria y concertación.
El propio Roque Benavidez en conversación que sostuvimos hace como cinco meses, decía que Ayacucho tiene que levantar la voz y, que él personalmente, estaría en condiciones de apoyar ese esfuerzo. Y, además, que, en Ayacucho, se tenía personalidades con esa capacidad, pero que no lo estaban haciendo.
Sin embargo, ninguno de esto es posible, sin agenda clara, no de veinte, treinta puntos, sino un máximo de seis o siete, pero que comprometa lo importante y haga trascedente su actuación, pensando en Ayacucho, Junín, pero también los pueblos de la región sierra, centro, sur del Perú.