LA PAMPA DE AYACUCHO
Entrevista a Patricia Vega Centeno Centeno, arqueóloga , especialista en campos de batalla en el Perú y Latinoamérica, considera que las afirmaciones que niegan la Batalla de Ayacucho no tienen ningún asidero
La batalla de Ayacucho es el acontecimiento histórico que marcó el fin de la presencia española en el sur de América y la consolidación de la independencia del Perú. Sin embargo, hay algunos historiadores que cuestionan la veracidad de este hecho y plantean que se trató de una rendición pactada entre los jefes militares de ambos bandos, sin que hubiera un verdadero enfrentamiento armado. Patricia Vega Centeno, con quien conversamos, una de las pocas arqueólogas que le ha puesto atención a los sitios de batalla, desarrolla una investigación y, sus conclusiones son contundentes.
INVESTIGACIÓN EN MARCHA
En los últimos años, sin embargo, pese a la contundencia de las evidencias, siempre existen secretos por descubrir en la Pampa de Ayacucho. La arqueóloga Patricia Vega Centeno, quien dirigió una investigación en la Pampa de Ayacucho, señala que el 2008, estuvo enfocada a buscar justamente “vestigios históricos de la batalla”. Este año (2023) ha “tenido resultados importantes”, que supera las expectativas y han descubierto evidencias de “dos caminos prehispánicos en la zona que han sido afectados cuando han construido el monumento conmemorativo” y que “han sido alterados, la traza original de los caminos prehispánicos, que son dos. Adicionalmente también ha encontrado vestigios prehispánicos, un sector pequeño de tumbas, muy pequeño, en el hay todavía material disperso en superficie”.
LA BATALLA DE AYACUCHO FUE UN HECHO INDISCUTIBLE
Patricia Vega Centeno, una de las pocas especialistas en campos de batalla en el Perú y, probablemente en Latinoamérica, considera que las afirmaciones que niegan la Batalla de Ayacucho no tienen ningún asidero
“(…) algunos historiadores cuestionan la veracidad de este hecho y plantean que se trató de una rendición pactada entre los jefes militares de ambos bandos, sin que hubiera un verdadero enfrentamiento armado (…) Sin embargo, estas afirmaciones no tienen un sustento sólido y se contradicen con las fuentes primarias y secundarias que dan cuenta de la batalla de Ayacucho”
Esta es la hipótesis que se lanzó hace varios años, en la que se considera “una cosa puesta en escena, algo simbólico, pero sin sustento científico”. Reafirma que no hay un asidero científico de por medio, y es más bien una especulación, porque al leer la fuente primaria, como “todas las memorias de los veteranos, que son bastantes, está bien clara la gran mortandad en todas las fases de la batalla, el despliegue de los de los batallones, de la artillería”.
“(…) la batalla en la pampa de Ayacucho fue un hecho real, que duró alrededor de dos horas; se libró a tres mil quinientos metros sobre el nivel del mar; involucró a más de diez mil soldados, dejó setecientos muertos y más de mil heridos; y, terminó con la capitulación incondicional del ejército realista”
Asegura que “una lectura cuidadosa de los documentos da cuenta de una batalla encarnizada, para la cantidad de combatientes que hay”. Critica a los que sustentan la hipótesis que niega la batalla y “fue justamente (por) no tener dominio del uso de fuentes primarias y no saber hacer un análisis de esta documentación, simplemente se lanzaron por lo primero que encontraron”.
¿Y LOS RESTOS HUMANOS DE AQUEL ENCARNIZADO COMBATE?
La arqueóloga Vega Centeno considera que no es la Batalla de Ayacucho el único caso con esta gran interrogante, sino que ocurre en muchos enfrenamientos bélicos, sin embargo, considera que es un gran tema por resolver.
¿Dónde quedaron los restos? Esta es la gran interrogante, y Vega Centeno tiene la respuesta. “Si fue una batalla real con una cantidad impresionante de participantes”, los restos de los combatientes que murieron es un tema bien interesante y eso es “algo que todavía concita la atención”. Para eso, su equipo todavía no ha terminado de explorar y ver todo, porque están en la etapa de campo.
Sobre la información más o menos del lugar dónde pueden estar enterrados, aclara que “nunca se ha señalizado los lugares de entierro después de las batallas, porque no es algo que importa en el momento del combate”. Los ejércitos vencidos y los vencedores de una batalla “están ocupados en otras tareas, como para estar registrando lugares donde han enterrado a los combatientes fallecidos”, sean suyos o de los enemigos. Pero aclara, que después de una batalla hay una serie de procesos que ella investiga y ha estado desarrollando en el Perú: los procesos post batalla.
Para el caso de Ayacucho, indica que los eventos que se dieron “después de la batalla, que ya está documentado, es el traslado de heridos, el entierro de combatientes, recojo de armas, entre otros aspectos”. Agrega que “está bien documentado el traslado de heridos a la iglesia que estaba en Quinua, que era el hospital” donde habrían muerto muchos de los heridos, que posteriormente fueron llevados hasta Huamanga. Además de un trato diferente entre la tropa y los oficiales, que se manifiesta en los entierros, “pero, repite, no es sorpresa que no haya señalización” porque eso no se da en los campos de batalla”. La arqueóloga agrega que “la poca información que se tiene de la batalla de Junín, indica que los cuerpos estuvieron diseminados por el escenario la batalla muchos días. No hay reportes de que hayan sido tomados los cuerpos. Cuando el ejército vencedor se retira de Junín, los cuerpos seguían expuestos en la pampa. Después ya no se sabe qué pasó”.
“(…) los eventos que se dieron “después de la batalla, que ya está documentado, es el traslado de heridos, el entierro de combatientes, recojo de armas, entre otros aspectos”. Agrega que “está bien documentado el traslado de heridos a la iglesia que estaba en Quinua, que era el hospital”
INVESTIGACIÓN CON GEORRADARES
La investigación que el equipo de Patricia Vega Centeno ha llevado a cabo no queda en el registro de las evidencias encontradas. Tiene la esperanza de continuar con esta investigación, como excavaciones en el campo de batalla que podrían ayudar a esclarecer este tema que siempre dejará una interrogante.
Indica Patricia Vega que “se pasó un geo radar muy restringido el 2018, para ubicar los restos de la Capilla San Cristóbal”. Esta misma tecnología, quieren aplicar en la investigación de la Pampa de Ayacucho, pero ahí se necesitan otros permisos, porque tienen que desbrozar la vegetación y para eso requieren de permisos.
SE UBICÓ EL CAMPAMENTO REALISTA, EL PATRIOTA ESTA DESTRUÍDO
La investigación llevada a cabo ha permitido ubicar los campamentos de ambos ejércitos, con sus respectivas ubicaciones, tanto en la parte superior del cerro Condorcunca, como en la parte inferior, casi en la pampa.
Precisa que el campamento del Ejército Unido Libertador, está en el área por donde los turistas ingresan al santuario y donde se ubica el Obelisco y se extiende hasta donde está proyectado la construcción de los servicios higiénicos. Por eso lamenta que el lugar donde se ubicó el campamento del Ejército Libertador, “este afectado”. El área donde se ubicó el campamento del ejército realista hoy está cubierto por un denso bosque de pinos, que impide su trabajo, porque requieren comenzar la fase de excavación arqueológica, “para poder definir bien las características y otras evidencias que también hemos encontrado”.
NECESIDAD DE APOYO PARA CONTINUAR CON LA INVESTIGACIÓN
La continuación de las investigaciones en la Pampa de Ayacucho, requiere financiamiento señala Patricia Vega Centeno. Los trabajos hasta el momento han sido financiados, indica, por la ONG Solidaritas Perú y el Instituto de Cultura. Para el siguiente trabajo de campo se requiere un presupuesto mayor, por eso indican que esperan “que la universidad pueda apoyar para las excavaciones, así como el gobierno regional y otras instituciones que podrían financiar la etapa de excavación”.
¿Cuál es el costo? Es la pregunta necesaria y responde: “entre cincuenta mil a setenta mil soles, dependiendo del área que se va intervenir. Se trata de áreas pequeñas. Una muestra para poder registrar ciertos datos”.
PAMPA DE AYACUCHO, UN VALOR IDENTITARIO
La Pampa de Ayacucho, además de ser un gran escenario histórico, tiene también un valor identitario muy importante, que no se le está prestando la atención, sino únicamente como recurso turístico. Al respecto, Patricia Vega, conocedora excepcional de los sitios de batalla señala, “tiene un valor patrimonial identitario para Ayacucho que no le dan la debida importancia”
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