LA MARCA DEL TERRUQUEO
10/10/2024
La presencia de “Sendero Luminoso” y los años de la violencia en Ayacucho, nos dejó una terrible marca del que aun no nos hemos podido sacudir del todo. En los dramáticos 80 y 90, todos podíamos tener ese signo, que en broma y el serio nos calificaba en todo escenario posible. Calificativo de exclusión para un ayacuchano que abandonaba sus tierras por la desgracia insoportable y se traslada a otros lugares en busca de nueva vida y, por cierto, trabajo y, la sospecha estaba de por medio, como lo es ahora, para cualquier venezolano.
Igualmente ser san cristobalino, tenía esa marca, porque “Sendero Luminoso”, había campeado en toda la institucionalidad universitaria. No solo en el movimiento estudiantil, profesores, sino entre las propias autoridades universitarias, que el propio doctor Guzmán, fue jefe de personal, por cuyas manos pasaba la selección principalmente de docentes, que marcarían el compás de San Cristóbal.
Los años de la violencia, más bien expulsaron lo graneado del senderismo de las aulas universitarias que como era su discurso, abandonaron la ciudad para establecerse en el campo, con el consiguiente costo de lo mejor de los docentes san cristobalinos, que optaron por retirarse, muchos amenazados, del peligro de muerte que rondaba Ayacucho ya sea por unos y por otros.
Todos quedamos entonces, con esa marca. Sin embargo, 20 o 30 años más tarde, aun no lo hemos superado, sino que de cuando en cuando, sobre todo, agitado por la conveniencia de limitar o anular el movimiento social, se trata de reverdecer, buscando deslegitimar, toda protesta.
Sin embargo, existe otro factor, cuyo tema nunca fue abordado con la seriedad del caso y, en mucho nos hemos convertido en cómplices de deslegitimar movimientos y organizaciones sociales. En el Frente de Defensa de Ayacucho, por ejemplo, la existencia de MOVADEF, conocida por todos, con personajes identificados, no es un problema; es expresión de frente único. En otras palabras, nunca se confrontó al senderismo violentista, sino solo a media voz.
No sólo no se confrontó, sino que se hizo, inclusive miembros de su dirección a personas comprometidas directamente con la organización senderista. Los Fajardo o los Crespo, fueron parte de conferencias en la casa del maestro. Situaciones que tienen su costo, en el desprestigio de organizaciones que requieren ser fortalecidas, sobre todo para estos tiempos de presencia activa de la sociedad civil.
Para muchos líderes que aún se mantienen altivos, la sombra senderista no los cuestiona y, por tanto, continúan su actividad, cuando en verdad, por la salud de la organización, debieran ser retirados o simplemente tomar distancia. No hay necesidad de gran esfuerzo para identificarlos, sino tan solo preguntar o preguntarse, ¿Quién es o quien fue Abimael Guzmán?
Mientras todo esto persista, la sombra de terruqueo, siempre será explotado por conveniencias políticas, pero lo que es peor, las organizaciones, se mostraran limitadas a sus objetivos políticos que están presentes. Felizmente, el actual presidente del Frente de Defensa, ha expresado rechazo público al senderismo y, fueron prácticamente expulsados de la casa del maestro.
Es hora de sacudirse de la vieja sombra senderista, que sigue manchándonos.
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