HUAMANGA, NECESARIA RECUPERACIÓN A PUERTAS DEL V CENTENARIO

HUAMANGA, NECESARIA RECUPERACIÓN A PUERTAS DEL V CENTENARIO
Por Carlos Condori Castillo, antropólogo y ex director de la Dirección Desconcentrada de Cultura – Ayacucho.

Guillermo Lumbreras, cuando hablaba de Huamanga, hacía siempre referencia a su larga historia. Señalaba que, en los años de oro a los siglos XVI, XVII, su ubicación estratégica de frontera con los rebeldes de Manco Inca, que se mantuvieron incólumes y nunca derrotados, pasó a constituirse en parte esencial de la ruta obligada entre Lima, la capital del virreinato hasta Rio de la Plata. Fue, no cabe duda, en una de las ciudades más importantes y estratégicas de la colonia.

Solo así se puede entender, como en Huamanga se construyen los templos e iglesias más impresionantes en tamaño, número y, por cierto, la necesidad de una feligresía católica que construye las amplias casonas. Fue una ciudad concebida para contener, inclusive, los focos de resistencia no solo de rebeldes alzados, sino del propio Taki Onqoy, la resistencia andina a los nuevos dioses que imponían los conquistadores a todo costo. Los templos se asociaban a las grandes casonas que tenían la capacidad de acoger a cientos de acémilas que recorrían casi en todas las direcciones, desde Lima, la ciudad capital de Los Reyes, al Cuzco y de ahí al Alto Perú donde estaba la Villa Imperial de Potosí, la mina más grande de plata de todos los tiempos. Pero también hacia Huancavelica, de donde procedía el azogue necesario para el tratamiento de la plata en Potosí.

No podía haber tanta infraestructura, sin una activa economía floreciente, sobre todo desde los obrajes ubicados en haciendas, conventos y en las casonas de la ciudad, destinados proveer de textiles, cerámicas, cueros, y otros productos que con el tiempo han devenido en artesanía y arte popular. Era una ciudad donde confluían los comerciantes con los arrieros, que la convertía en una de las más importantes durante la colonia, especialmente en los siglos XVI, XVII. Consecuentemente, esta ciudad trascendente, no podía dejar de tener una Universidad, que hoy es considerada la segunda más antigua del Perú, que ratifica su importancia en la ruta de la plata. Las reformas borbónicas del siglo XVIII, afectaros seriamente su economía, al exportarse este metal a España por el puerto de Buenos Aires y a Lima por el puerto de Arica hasta el Callao.

UNA GRAN CIUDAD QUE DECAE

Huamanga, al inicio de la república, pese a estar relegada, tenía el mismo nivel de ciudades de origen colonial, como Arequipa, cuyo centro histórico al igual que el de Lima y toda la ciudad del Cuzco, son reconocidas como Patrimonio Mundial por la UNESCO. El centro histórico de Trujillo está inscrito en la lista indicativa del patrimonio mundial, en el año 1996, a la espera de ser declarada finalmente como Patrimonio Mundial. La quiebra de la condición de paso obligado entre las mayores ciudades de la colonia, postró prácticamente Huamanga, que empezó a vivir de la añoranza y la gloria del pasado, convirtiéndose luego en la ciudad que expulsó la mayor cantidad de sus habitantes, que hasta convirtió el “Adiós pueblo de Ayacucho”, en su himno inconfundible.

Las imágenes de la Huamanga de las primeras décadas del siglo XX, son los más lúgubres, como de una ciudad que fue, hasta la reapertura de San Cristóbal y el sesquicentenario de la batalla de Ayacucho, pero mantenía hasta inicios de la segunda mitad del siglo XX, el perfil arquitectónico de la ciudad colonial.

RIQUEZA ARQUITECTÓNICA, EVIDENCIA DE UNA GRAN CIUDAD

Quién observa, las construcciones de la vieja Huamanga, queda sorprendida sobre lo que aquí hubo y aquí pasó. A la nueva dinámica, la ciudad empieza a recuperarse. Sus calles, plazas, templos empiezan a tener nueva prestancia, algunas de sus casonas de Igual manera. Proyectos importantes, desde gobierno nacional y cooperación internacional, recuperan lo que hasta hoy se puede tener como símbolos mayores de la arquitectura colonial y republicana.

TODO LO DEMÁS SE DESTRUYE

De acuerdo a los registros del Ministerio de Cultura en Huamanga se tiene un total de 305 monumentos declarados como patrimonio nacional. Entendidos en el tema, señalan que el registro es tan solo una nominación, que el 95 % de intervenciones en monumentos son INCONSULTAS, con enormes problemas legales para el futuro. Apenas un 10% está conservado, el 50% desnaturalizado, 30 % derruido o casi derruido y, un 10% abandonado por disputas hereditarias o propietarios en otros lugares.

Hacia el 2017, el Patronato Pikimachay, con el concurso de profesionales de renombre, realizó un estudio sobre el Centro Histórico y su posibilidad de ser postulado como Patrimonio Cultural de la Humanidad. La conclusión, fue desalentadora. Se había asistido a un proceso sostenido de destrucción y, ese proceso continuaba, habiendo perdido la ciudad su valor patrimonial.

LOS ESLABONES DE SU DESTRUCCIÓN

Entendidos en el tema y defensores del patrimonio histórico de Huamanga no dejan de mostrar su indignación, pero todo el proceso destructivo continúa. Los arquitectos y arqueólogos, señalan entre los grandes factores que alimentan la destrucción:

  1. La gran presión sobre el Centro Histórico que hace que todo se destruya para construir espacios modernos para el comercio. “A la menor oportunidad, la casona ha sido destruida y en su lugar se levanta un edificio”. Eso sucederá mientras no se descentralice la ciudad.
  2. Las normas son letra muerta. Todas las nuevas construcciones, salvo excepciones, carecen de licencia, pero se construyen y se edifican. No se tiene un solo caso sancionado o demolido. “La Sub Gerencia de Patrimonio de la municipalidad de Huamanga antes contaba con sus propios fiscalizadores, ahora no. Ya no les interesa”.
  3. Decenas de casos han llegado hasta el ministerio público. Todas las denuncias son archivadas o no tienen cuando terminar, por leguleyadas diversas. “Yo compré así destruido, el responsable es el propietario anterior. ¿Y Quién fue el propietario anterior?, El esposo. El fiscal acompaña al denunciante que protege el patrimonio y mientras se traslada, pregunta “pero, a decir verdad, arquitecto, para qué se protegen esas viviendas, ya son antiguas y un peligro”. La autoridad no sólo desconoce el valor del patrimonio, no conoce ni la propia normativa. ¿Podrá defender el patrimonio cultural?
  4. Multas y sanciones benignas, que muchas veces son pagadas o las incautaciones de materiales, pasan a ser casos anecdóticos. “Pasan los fiscalizadores, sancionan y la construcción ilegal prosigue, termina, se inaugura y nada pasa, ya cuenta con licencia para otra actividad económica”.
  5. La gran permisividad ciudadana que no conoce el valor del patrimonio que no sería posible en Arequipa, Cuzco y Trujillo: “coronel, la casona de la Policía del Jirón Arequipa será intervenida”. “Que bien, ya era hora de una construcción moderna”. La autoridad política que se encuentra al lado: “Esas casonas viejas deben ser destruidas”.
  6. Una gran industria de ingenieros expertos en estrategia de destrucción de casonas a la espera de levantar un edificio y, abogados, dispuestos a defender el caso, para ser archivado. “Cultura apenas tiene un abogado para cien casos y, una casona destruida tiene más de un abogado y harta influencia para evitar todo y finalmente archivarlo. Nada pasa”. Se convierte en un ejemplo para los demás.
  7. Licencias que no se cumplen. “gestionan licencias para dos pisos y terminan siendo tres, cuatro o cinco y no pasa nada”.
  8. Inexistencia de apoyo para propietarios de casonas. “No nos dejan hacer nada. Cuesta mucho su mantenimiento. Nadie ayuda, solo exigen que se conserven, pero ya es un peligro”.

ESFUERZOS POR RECUPERAR EL PATRIMONIO

Dos interesantes esfuerzos se han puesto en marcha y tienen buenos resultados. La primera, obras por impuestos, que ha hecho posible la recuperación de la alameda con un presupuesto de 7 millones de soles, con la intervención de AJE y TGP. Una alameda recuperada, pero que requiere uso social, sin el cual, volverá a la historia de siempre, abandonada y presa de todo.

La inversión de casi 70 millones gracias a un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que recuperará fachadas de las calles céntricas de la ciudad e intervendrá en algunas casonas, como el Museo Cáceres, el ex hospital San Juan de Dios, la plaza Mayor; se promueve una escuela de oficios y se apoya a algunas industrias culturales, que, observada en grande, apenas será el 5 o 10% de lo que la ciudad necesita.

A POCOS AÑOS DEL V CENTENARIO

Nada será posible sin una verdadera educación para valorar la ciudad que se tiene. Huamanga, sigue siendo grande, pese a toda la perdida ocasionada, su recuperación es posible. “Si la ciudad como un todo no puede ser declarada como patrimonio de la humanidad, la cantidad de iglesias en un espacio territorial limitado, si lo hace único en el mundo. Si se añade a todo esto, la recuperación de lo que aún se mantiene, Huamanga pronto puede estar en la lista indicativa para ser declarada como patrimonio mundial”, señala un arquitecto conocedor de las declaratorias en el mundo.

En todo, está el valor de la conciencia ciudadana en la defensa de su ciudad y su patrimonio. “El que ahora sufre por tener una casona declarada, mañana podrá vivir y disfrutar de su valor”.

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