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«Empecé de cero. constituí mi empresa y por emergencia SEDAPAL me contrató para controlar el abastecimiento de agua en el cerro El Agustino, San Juan de Lurigancho y Huaycán, porque eran zona roja».

«Empecé de cero. constituí mi empresa y por emergencia SEDAPAL me contrató para controlar el abastecimiento de agua en el cerro El Agustino, San Juan de Lurigancho y Huaycán, porque eran zona roja».
Entrevista a Mariano Palomino, presidente de la Federación Departamental de Instituciones Provinciales de Ayacucho, FEDIPA. Don Mariano Palomino, de 72 años de edad, es natural de Esccana, comprensión del distrito de Chilcas, en la provincia de La Mar y lleva, como 60 años en la ciudad de Lima. Su historia es particular y lo conoceremos ahora.

Don Mariano, hablaremos, un poco de su historia, de su vida personal.

Yo estudié en mi pueblo, en Esccana, Chilcas, en un pueblito, un anexo del distrito de Chilcas. El colegio en ese entonces era 6007, donde estudié la primaria hasta el año 65. Entre el año 65 y 66 me Vine a Lima y desde entonces radico aquí. Luego seguí estudiando la secundaria en el colegio José Sabogal en San Martin de Porres, turno noche. Vine a Lima a los 14 años. Luego del colegio Sabogal, ingresé a hacer estudios técnicos en SENCICO, soy técnico sanitario, justamente eso me sirvió para lo que estoy haciendo actualmente.

Cómo así se viene. Cuéntenos un poco de su historia.

Vine el año 66, de mi pueblo hasta la localidad de Magnopampa a pie, con nuestros bultitos. Sabes que cuando uno viaja siempre te mandan algo para la familia. Desde ese lugar, vinimos en camioneta hasta Tambo, de ahí directo a Huanta, no llegué a Huamanga. De ahí, ya en la empresa Gutarra, de ese entonces, hasta Lima. Era la primera vez, que viajaba en carro, me chocó, fue un desastre.

Así he llegado. Vine con unos paisanos y llegamos al Cerro San Pedro, en el Agustino. Llegando fui a pasear al cerro y parecía peor que mi pueblo, tenía que subir y allí tenía una casita un primo mío, mis tíos, mejor dicho. Allí estuve un par de días y de allí me trasladé a Ingeniería, porque allí vivía mi prima hermana, que descansé en paz, doña Juanita Gutiérrez Palomino; estaba cerca de la avenida Habich, así empecé con ellos, pasó un año y me matriculé en el colegio José Sabogal de San Martin de Porres.

¿Y qué experiencias tenía ahí en el colegio? ¿Cómo lo trataron?

Bueno, pues, normal, yo era bien aplicado desde mi pueblo, que a los chiquitos les enseñaba, los trataba, allá acá también. No me trataron mal ni en mi casa ni en la casa donde viví ni tampoco en el colegio. He tenido suerte, que no puedo quejarme que he sufrido. He tenido suerte, que no tengo nada que comentar. La verdad es que no he sufrido, lo que muchos cuentan, que dicen que no tenían donde dormir, donde comer, yo no, gracias a Dios, llegue a la casa de mi prima, me recibieron, me apoyaron a estudiar y llegue a trabajar creo después de un año, en una bodega de un señor arequipeño, excelente, la señora era una maravilla de persona, inclusive se podría comparar con mi madre. Si la comida no me gustaba, ella me mandaba a comprar un bistec y eso me preparaba yo. Eso no sucede así, pero conmigo sí. Era una maravilla de persona; que descanse en paz doña Luzmila Benavides de Becerra.

Entonces, ya tenía 18 años Podía ingresar a la escuela militar Leoncio Prado, pero como muchacho con cabeza hueca, no le di importancia, porque mis amigos me ayudarían a ingresar, solo se pagaba 500 soles, nada más. Lo dejé pasar. Ya los amigos, me llevaron a otra empresa con otro sueldo. Ya estaba en el Callao, allí trabajé durante 20 años, diez años he sido dirigente sindical; de ayudante, llegué hasta ser jefe de producción. He muchas cosas. Yo no estaba tranquilo con lo que ganaba, hacia también otro tipo de negocios. En una ocasión, confeccionamos 300 ternos para vender a los trabajadores, más los empleados.

Hacia los años 90, salgo de la empresa, porque me había cansado de la misma cosa, la misma rutina y la empresa me hizo una gran despedida, con los 300 trabajadores, era la empresa Inter Química, una fábrica de tuberías de plástico.

Salí de la empresa con casi un millón trescientos mil intis, bastante plata, pero cuando hubo el cambio de intis a soles, ese dinero no valió nada, absolutamente, porque yo tenía en efectivo. Si hubiera comprado dólares, posiblemente tenía más de un millón de dólares, porque era casi equivalente el valor de la moneda, entre el dólar y el sol. Me quedé en nada, prácticamente en cero.

Empecé de cero. Y, bueno, pues, empecé a practicar lo que estaba preparado también con los conocimientos de CENSICO; empecé a trabajar. Unos trabajos técnicos para SEDAPAL, supervisión, inspección hidráulica de las instalaciones de agua y desagüe. De ahí, pues, SEDAPAL mismo me sugirió que formara mi propia empresa, y me apoyaron ellos. El mismo gerente general, el ingeniero Larry, me dijo, constituye tu empresa y te contrato por emergencia para controlar el abastecimiento de agua en el cerro El Agustino, San Juan de Lurigancho, Huaycán, porque era zona roja.

Entonces el año noventa, SEDAPAL, convoca a un concurso público y a través de SECPAL, mi empresa, recién constituido, organicé a la gente de la zona. Yo les decía, hay un trabajo, pero te portas bien, conserva tu trabajo y serás estable. Junté 18 trabajadores en el Agustino, Igual en Huaycán algo de veintitantos, en Canto Grande, creo que eran ocho. Ingresé todo con la formalidad del caso y, el gerente, me dijo, correcto. Pasó al departamento legal y me contrató por emergencia, directamente con SEDAP. Así empezó la actividad laboral de SECPAL, mi empresa.

Entonces, hacía control de abastecimiento de agua. Allí hay operadores que controlan, abren y cierran las válvulas de acuerdo al programa. Allí estaba la gente cuidando todos los equipos de bombeo, rebombeo y aperturando válvulas de acuerdo al horario programado, duró este trabajo con SEDAPAL, hasta la pacificación. Luego ya no se podía postular, había que tener garantía de 20 millones, para una licitación de 250 millones, tener las cartas fianzas, las garantías, la infraestructura empresarial. Entonces, ya era mucho. Antes era por 3 o 4 millones, nada más.

Ya no podía trabajar, pero SEDAPAL, sacó una resolución, que señalaba que las empresas, ganadoras del concurso, tenían que subcontratar al señor Palomino, porque habíamos trabajado en los peores momentos. Así me subcontratan para las mismas zonas que yo trabajaba, administrando el control del abastecimiento del agua.

Desde entonces, vengo trabajando, pero ya dejé la administración de operadores, ya me dedico a otra actividad, el mantenimiento de redes de alcantarilla, la línea de desagüe; la limpieza de buzones de retención de sólidos. Es netamente, sólidos fecales. Había que alquilar equipos y muchas veces lo hacíamos a pulso, lampa, pico, balde, eran nuestras herramientas. Hemos guerreado mucho, pero en mi mente estaba siempre la idea de construir una máquina, para facilitar todo el trabajo. Así, después de tres años, construimos un hidrojet. No se necesitaba tanto estudio, cómo había la máquina de SEDAPAL, se me entró la idea de implementar con los equipos de succión, trompa de succión, mangueras rompe sólidos hasta de tres mil libras de presión. Llegamos a construir cuatro máquinas que están hasta ahora. No podemos renovar, porque nuestras ganancias que antes era del 30%, ahora es del 5%. Tenemos como 60 trabajadores, muchos son de Ayacucho, otros de Piura, más que nada esos dos sitios.

Pero, para eso necesitaba alguna inversión.

Empecé esto sin tener casi nada, verdad. Le digo con toda sinceridad, cuando empecé no tenía ni siquiera para el pasaje, Yo conocí a una señora joven que vendía sus productos de queques, pastelitos en la calle por el centro de Lima; le dije si me podía financiar y, me prestó con el 10% de interés. Yo le dije, ¡ya!, estaba aceptable porque ganaba el 30, 40%. Me prestó 65 mil soles y con eso empecé a trabajar y para los camiones, ya tenía algo de capital. El camión nomás te costaba 110 mil dólares y para equipar otro igual. Mano de obra, unos 80 mil. Todo sumaba como 300 mil dólares. En 24 meses pagué el camión. Así de esa forma se canceló los demás.

¿Usted contaba alguna vez que había una persona que lo había ayudado también?

El señor Henry Cárdenas, es un huantino, su esposa es de Ancash, una bellísima persona; te podría decir que creo que no hay otra persona como él. Me dijo: paisa, ¿hasta cuándo me vas a alquilar el carrito?, porque yo le alquilaba sus carritos que succionaba residuos fecales. Yo le decía que no hay plata para comprar. Me dijo, vamos a sacar el camión y yo te avalo. Sacamos un camión de 20 toneladas y él me garantizó. Así me dieron el primer camión. Para implementar se requería otros 100 mil y el señor me dijo, también te avalo.

Pero, si usted le alquilaba, ¿el que tenga sus propios vehículos no le afectaba?

Por supuesto, por eso decía, no habrá otra persona como él, porque siendo el dueño de las máquinas que yo le alquilaba, me decía ¿cuándo vas a tener tus propias máquinas?, y eso, pues, es algo que te llama la atención. Inclusive me permitió su local para guardar las unidades. Para trabajar con ese producto, hay que tener autorización especial, se trata de residuos sólidos peligrosos y no peligrosos. Así, con su apoyo, también me formalicé con todas las licencias. No desaproveché la bondad de ese señor.

Ahora, usted está trabajando en su empresa, pero ¿siempre están vinculadas a las organizaciones?

Ah, por supuesto, sí, pues no, siempre estaba en el la actividad laboral propia, como también en la viendo las instituciones de mi pueblo, antes he sido presidente, creo que, por algo de quince años en mi pueblo, de Esccana, en la sociedad Centro Social Esccana que existe en Lima. Y llegué comprar también terreno con mi pueblo, tiene un local ahí por Carabayllo.

Después pasé a la Federación de la Mar, FIPLAMA. Estuve también seis años, también compramos un terreno de quince mil metros cuadrados conjuntamente con FEDIPA, aun me deben del terreno, algún día me pagarán.

Después postulo, no, no, no postulo, sino me propusieron en FEDIPA, hace tres años atrás. Bueno, inicialmente no quería, de repente era muy grande y de mucha responsabilidad con la FEDIPA, ahora estoy acá. Voy por la segunda gestión, el último año me eligieron de manera unánime. Había cuentas por arreglar y los hemos arreglado, con voluntad y decisión. Hoy no tenemos deuda alguna. Ahora estamos en el veinticuatro hasta el veinticinco. Lo que prima en caso de nosotros es la transparencia. Todos tienen que trabajar limpio y ser honestos, y eso lo hemos hecho, estamos haciendo hasta ahora.

¿Cuáles son las actividades más grandes de FEDIPA?

El Carnaval Vencedores de Ayacucho. En el carnaval que hicimos en el año veintitrés, excelente, con eso hemos pagado muchas cuentas. En el veinticuatro hubo más de doce mil personas en Plaza de Acho, y estaba extraordinario también. Con eso hemos cancelado, lo del terreno, había un saldo que pagar y varias cositas. El trabajo que se hizo en el estrado de la casa ayacuchana.

El año pasado hicimos campeonatos interprovinciales, que en este año no se pudo hacer por algunas descoordinaciones. Estamos también ocupados en otras actividades, festividades como el día de la madre, con grandes sorteos, que concentra como 700 madres ayacuchanas en nuestra casa; el día de la canción ayacuchana y muchas otras actividades, foros apropósito del Bicentenario de la Batalla de Ayacucho, que es el acontecimiento de mayor trascendencia que se produce, precisamente en nuestra tierra. Tendremos una revista con ocasión de la fecha. Muchas actividades que juntan a los ayacuchanos, a nuestros paisanos y, que ahora esperamos contribuya también con el desarrollo de nuestra región.

¿Con ocasión del bicentenario también hay distintas actividades?

Ya hemos hecho tres actividades con la participación de nuestra gente, de nuestras bases. Cada provincia siempre participa de nuestras actividades.

Creo que cualquier ayacuchano que toma una responsabilidad de este nivel piensa que Ayacucho debe ser, un sitial, de acuerdo a la historia, un sitial que le corresponde, debería estar en un sitial reconocido por el estado. Estar en una mejor ubicación. No podemos tener carreteras como la vía de los Libertadores, justamente en el bicentenario. Es una gran responsabilidad de nuestras autoridades. En todo está el tema de la corrupción, que tiene que ser resuelto, de otra manera, es poco lo que podemos hacer.

¿Qué decirles a las autoridades ayacuchanas en este bicentenario?

Que trabajen con conciencia, que construyan un proyecto a futuro para que realmente Ayacucho sea otra cosa. Sus carreteras son una muestra de cómo estamos, pésimo, vergonzoso, en el bicentenario. Trabajar junto con el pueblo, sus organizaciones, para revertir las grandes adversidades que tenemos y, se logre realmente una atención del Estado, del gobierno. Ayacucho, es el símbolo de la libertad y no puede estar como está.

¿Qué decirles a nuestros paisanos?

Que tienen una organización, que es FEDIPA, que se fortalezca las bases provinciales, que además tienen asociaciones distritales, anexales. Que todos tomen un poco de responsabilidad y también haya renovación. Hay muchos directivos que ya están 10, 15, 20 años. Tenemos bases como Huancasancos, Sucre, Cangallo, Vilcas Huamán, que están bien organizados e inclusive tienen bastante participación de jóvenes.

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