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EL FRENTE DE DEFENSA Y LA SEGURIDAD

EL FRENTE DE DEFENSA Y LA SEGURIDAD
Por Carlos Condori, antropólogo y periodista ayacuchano.

Gran parte de los problemas, por no decir todos, no solo demandan del Estado su solución. Como en la educación, la salud, la producción, la lucha contra la pobreza y el combate sustancial a la violencia, demanda por igual la participación de la ciudadanía y, sobre todo, de sus organizaciones. El Estado moderno es precisamente eso: corresponsabilidades para alcanzar soluciones inmediatas, pero también sostenibles en el tiempo. Esto quiere decir, al margen de todo, capacidad de diálogo, interlocución y concertación para abordar todos juntos el problema o los problemas existentes.

Sin embargo, la fórmula desde el lado del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho parece ser distinta. Esto significa que excluye a todos los actores, principalmente al Estado en sus diversas dimensiones, tanto nacionales como regionales y locales, para asumir el papel de salvadores de los problemas, en este caso, de la seguridad pública.

El Frente de Defensa va más allá, designa al comandante de los Comités de Autodefensa y Seguridad Ciudadana, Richard Ortega, conocido también como Rumimaki, quien, hasta donde se conoce, tiene una actividad política activa (probablemente se prepara como candidato en alguna lista electoral) y fue presidente del Comité de Revocatoria del gobernador Wilfredo Oscorima, con los resultados que la ciudadanía conoce; no prosperó y no se tiene explicación alguna. En otras palabras, probablemente, por su experiencia policial, podría ser el más indicado, pero los resultados anteriores pasan necesariamente la factura.

El Frente de Defensa, en una primera ocasión, ha pugnado por ser parte del Comité Regional de Seguridad Ciudadana, que no está designado en la ley que lo crea, pero que, con voluntad y disposición política, no tendría mayores inconvenientes. Por el contrario, recibiría una responsabilidad de contribuir con militancia y dedicación al tema.

Parece que se sintió que el asunto no iría por allí, más aun teniendo como presidente al gobernador regional a nivel del departamento y al alcalde a nivel provincial, cuya coordinación se encontraría sometida y, por cierto, obligada a dialogar, concertar y asumir tareas y responsabilidades determinadas.

Como el descontento ciudadano es cada vez mayor, dado que la inseguridad crece, se toma la decisión de prescindir de los actores obligados por ley , para ingresar directamente a escena, aparentemente respaldados por los Comités de Autodefensa, que nunca antes habían recibido respaldo alguno en su larga demanda hacia el Ejecutivo y el Congreso de la República .

Situación que ahora tiene incluso otra connotación. Los comités de autodefensa han emitido un comunicado tomando distancia respecto a la decisión, primero de constitución y, segundo, de juramentación de miembros, de los cuales no se sabe quiénes los eligen como comandante, capitanes y oficiales, probablemente con una larga tropa que no considera los Comités de Seguridad Ciudadana, las juntas vecinales que ya existen y, por cierto, deberán ser convocados primero para recibir opinión y decisión, y luego ser incorporados en un proyecto que es muy sensible para la ciudadanía.

El Frente de Defensa es una organización con tradición e historia, sobre todo en asentamientos humanos, desde la Federación de Barrios y otras organizaciones, que, por el contrario, requiere escuchar y participar de las distintas formas de organización que ya existen, y sumarse a la solución de un gran problema que puede ser inmanejable con el tiempo.

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