‘‘Ayacucho tiene mucho potencial turístico, pero nosotros mismos no somos conscientes que el turismo nos va a sacar de la precaria condición económica que tenemos’’
Entrevista a Román Quispe Congacha, ingeniero y empresario ayacuchano.
Coméntenos algo de su vida, su familia y sus estudios.
Soy el hermano mayor de cinco, mi padre Crisanto Quispe, docente jubilado y mi madre ama de casa. Cursé la primaria en tres escuelas distintas en la zona rural y el colegio he tenido que pasar por casi tres colegios culminando mis estudios secundarios en el colegio “Mariscal Cáceres” y, luego estudié en la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga. Buena parte de mi niñez a raíz de las labores de mi papá, los he pasado en campo visitando mucho más a mis abuelos paterno y materno de los cuales tengo un bonito recuerdo que los llevo en mi vida presente porque han marcado un hito importante en mi niñez y me ha permitido ver con mucho reconocimiento todo lo que han podido hacer para que sus hijos puedan salir adelante y obviamente esto ha sido una motivación personal para culminar mis estudios escolares así como la universidad y desarrollarme en mi campo académico.
¿Cuándo ingresa al mundo empresarial?
El tema empresarial, netamente al rubro de la construcción. La empresa que fundé con el accionista que es mi padre, data desde el año 008; es algo que yo quería desarrollarlo y des[1]de los inicios de mi carrera siempre me ha apasionado emprender mis propias cosas, y empecé con AHREN y ese el nombre de mi segundo hijo de mi matrimonio, y seguimos trabajando hasta la fecha.
¿En estos 20 años puedes identificar algunos momentos importantes en sus vida profesional y empresarial?
En la vida profesional siempre tuve en mente que tenía muchas cosas que hacer y aprender, nunca escatimé esfuerzos para poder desarrollar una u otra actividad de ingeniería en ingeniería, en aras de poder explayarme en conocimientos, de poder conocer más lugares, siempre que tuve la oportunidad de hacer algún trabajo que me invitaban no lo pensaba dos veces. Empecé mi carrera de ingeniería civil en una zona alejadas, por Ayahuanco Norte, luego trabajé casi cuatro años en la zona de Chungui, recorrí toda la zona conocida como oreja de perro, y pasé casi tres años más, trabajando en varios lugares de la región Ayacucho.
¿Cuál es la obra más emblemática que ha trabajado y algo que te ha generado mayor dificultad, pero que constituye un gran ejemplo para usted?
Recuerdo cuando decidimos incursionar en la ejecución de una pequeña obra en el centro poblado de Chaca (Huanta), luego fueron obras un poco más grande que tenía que asociarme con otra empresa que ya tenía experiencia y para mí era la primera obra que tenía que ejecutarlo solo, con mis propios recursos, con mi propia logística, con mi dirección técnica y con el equipo que se conformó para ese momento.
¿Y cuál fue el problema principal allí y cómo lo resolvieron?
Se trataba de un colegio. Básicamente el tema financiero, todo se mueve con inversión, todo proyecto requiere un apalancamiento financiero, y en ese momento para enfrentar esa obra de 2.8 millones, se necesitaba muchos recursos, y tuve que recurrir al apoyo de mi familia con créditos que ellos canalizaron cada uno por su lado.
En realidad, esa experiencia que usted ha pasado, es la experiencia que normalmente pasan las empresas que trabajan en ese rubro.
Considero que sí. Mucha gente siempre tiene temor de entrar a trabajar en zonas rurales como Santillana, la zona del VRAE hace quince años, siempre ha sido una zona muy temida, porque todavía era latente el tema del sendero, el narcotráfico y siempre había mucho temor por parte del empresario, de la gente, del personal técnico para poder desplazarse. Hace 15 años atrás el celular era una tecnología no accesible a todos, sobre todo la cobertura en la zona.
Ustedes fueron creciendo poco a poco como empresa, participando en licitaciones en la región y a nivel nacional.
Siempre hemos tenido el deseo de organizar un equipo técnico básicamente, no viendo honestamente el tema monetario, sino por cuestión de ingeniería. Nos hemos dedicado al rubro de consultoría y a la ejecución y los primeros cuatro años hemos estado enfocados en la región de Ayacucho y Huancavelica, más por logística y por la disponibilidad de recursos humanos que nos ha sido fácil poder desplazarnos, y a medida que pasaban los años también hemos ido formando y haciendo escuela en gestión y gerencia de proyectos a nivel macro y eso nos ha permitido crecer progresivamente para incursionar en otras regiones. Para el año 2014 en adelante, la empresa AHREN ya estuvo trabajando fuera de la región como en Cusco, Apurímac, Lima, Ica, Huánuco. Creo que hoy en día hemos podido abarcar a casi más del noventa por ciento de los departamentos del Perú.
¿Y quiénes son sus principales clientes? ¿Gobiernos regionales, locales, ministerios?
En sí el Estado en sus tres estamentos, en cuanto a los ministerios, en sus distintos sectores y en la privada hemos trabajado con clientes en el tema inmobiliario, hemos desarrollado trabajos en Ayacucho, Ica, Trujillo, etc., en Cajamarca también hemos hecho proyectos privados, todo ello representará más o menos un volumen de trabajos, un 10% del total, los otros 90% básica[1]mente es el Estado.
A nivel nacional hay empresas transnacionales, ello debe implicar una competencia mayor.
A nivel nacional, definitivamente hay una mayor competitividad, porque hay empresas que tienen muchos años en el mercado como Graña, Cosapi, que son organizaciones muy potentes que se han podido organizar muy bien a nivel de ingeniería, de logística; tienen mucho historial con los bancos financieros, definitivamente tienen mucha fortaleza, pero igual, hemos trata[1]do de incursionar a la par con ellos en la ejecución de obras; y con empresas internacionales, hemos logrado trabajar en consorcio con em[1]presas colombianas, ecuatorianas y españolas, cada uno en su rubro.
En términos de competitividad ¿Se está en las condiciones de poder ingresar a cualquier obra, de cualquier envergadura, nacional o extranjera?
Efectivamente, nosotros estamos a ese nivel, tenemos experiencia, tenemos los recursos humanos y la logística para poder enfrentar cualquier tipo de proyectos.
Entonces eso da muestra de la calidad profesional y técnica que podemos tener en Ayacucho.
Lo que necesita, creo que, básicamente es dejar a un lado el egocentrismo interno que tenemos nosotros. Yo he visto que hay mucha envidia, una competencia no tan sana, una competencia desleal en nuestra región, y no nos permite, hacer consorcios entre empresas ayacuchanas y pelear obras grandes, que tranquilamente podríamos desarrollarlos si nos juntamos dos o tres empresas. Los chinos prácticamente están subcontratando a los pares nuestros de la misma región
Hay una tendencia que en las licitaciones pueda haber mayor preferencia hacia empresas más grandes, transnacionales, que a em[1]presas pequeñas. ¿Hay consideraciones más allá de lo técnico?
Para las empresas grandes, de alguna manera, la ventaja es del apalancamiento financiero. Particularmente lo que se ha podido notar en estos últimos cuatro o cinco años en el Perú son la presencia de las empresas chinas, ellos vienen con su propio respaldo financiero que son los bancos chinos. Los únicos que nos dan acceso a crédito son los bancos, las cajas de ahorro, las cooperativas tienen una política totalmente distinta.
¿El comportamiento de algunos funcionarios de abastecimiento, administración, es un problema para los empresarios? Se habla mucho de diezmos, por ejemplo.
Yo creo que, hay mucha gente no preparada que está llegando a los distintos estamentos del gobierno en el Perú, tanto en la regional y local; hay muchos funcionarios que no deberían estar en esos cargos, profesionales que desconoce su trabajo y lo único que hacen es dilatar los plazos en todos en todos los aspectos, en las contrataciones, en los pagos, y de alguna manera, esa actitud a las empresas pequeñas o medianas no nos ayuda mucho, porque se vuelve muy tedioso la gestión de cualquier tipo de documento. Considero que, a veces ya van condicionados o coaccionados que uno tenga que estar buscándolos, pidiéndoles favores cuando eso es pues una responsabilidad y un deber netamente de los funcionarios públicos.
Hay otro tema que siempre se observa, son los adicionales de una obra ¿Por qué ocurre eso?
Básicamente por una mala concepción del proyecto. Entonces, en la concepción del proyecto ¿quién participa? Básicamente, el cliente. Él es el que contrata a un consultor, contrata a un evaluador, pero muchas veces no contratan a la gente que está preparada o que tiene la experiencia para desarrollar ese proyecto.
Y eso es un tema que no garantiza el trabajo posterior.
Claro, finalmente los que destapaban eso ya son los que ejecutan ahora. Eso genera ampliaciones de plazos, adicionales de obra, pero son necesarios para que el proyecto finalmente funcione.
¿Cuál es la importancia de la industria de la construcción?
El rol de construcción es muy dinámico, tienen muchos actores, aparentemente solo están los ingenieros y el personal obrero, pero no solo es eso, tras toda esa mecánica visible de ejecutar una obra, hay mucho consumo de mano de obra local, hay mucha necesidad de acudir a terceros que son los productores de bienes y servicios; en este caso, personas o empresas que se dedican al rubro de la cerrajería, carpintería metal mecánica, producción de alimentos básicos para la alimentación diaria del personal. De todos modos, es importante que el rubro de la construcción siga creciendo, porque todavía hay brechas por cortar a nivel regional y a nivel nacional.
¿Y cuál es la tendencia de la inversión en construcciones en nuestra región? ¿Está creciendo?
Creo que ha decrecido, si comparamos diez años atrás, creo que la inversión en la región, Ayacucho particularmente era importante. Al 2024, la economía regional ha decrecido, la cantidad de proyectos que el Estado ha ido financiando en la región también ha disminuido.
Como constructor ¿Qué podrías avizorar en los próximos 20 o 30 años? ¿Requiere de grandes construcciones para que Ayacucho se reimpulse?
Creo que, los gestores vamos a ser nosotros mismos, de plantear los proyectos que requiere nuestra región Ayacucho y es afianzar el tema hídrico, necesitamos más agua en cada polo de desarrollo, para poder paliar esa necesidad. En el tema de la infraestructura vial, en Ayacucho ya mejoró de alguna manera los accesos a todos los distritos, pero necesitamos hacer una inversión constante en el mantenimiento, o sea, invertimos en una infraestructura, pero nos olvidamos de hacer mantenimiento, y cuando está deteriorado queremos invertir, pero resulta más costosa para el Estado.
Muchos gobiernos regionales, gobiernos lo[1]cales, están optando por la administración directa.
Particularmente no estaría de acuerdo en la ejecución de obras por administración directa, porque el Estado no es un buen gerente para manejar una obra. No están los mejores cuadros técnicos gerenciando un gobierno local, un gobierno regional, entonces, ¿cómo organiza la región manejar un proyecto cuando no tiene a las personas indicadas para poder gerenciar bien ese proyecto a nivel técnico y financiero? Si hacemos un corte de un proyecto de un gobierno local, provincial o regional a nivel financiero, están terminando los proyectos con más gasto. Si hacemos una auditoría, es imposible que el Estado pueda demostrar en documentos, que ha sido un mejor gestor que un privado.
Con la experiencia que tiene, ¿qué reflexión podamos tener este año del bicentenario sobre la industria de la construcción, sobre las necesidades de construcción que tenemos en la región?
Como reflexión, creo que hemos perdido una gran oportunidad. Con el bicentenario, se podía captar inversiones para la región Ayacucho. Hemos logrado menos del 20% de lo que podíamos lograr. Yo no he visto a alguien que haya podido convocar a todos los colegios profesionales y decir, señores, ¿qué hacemos? ¿cuál es la agenda para la región Ayacucho para poder hacer una masa común de profesionales y plantear cuáles son las soluciones en un corto y largo plazo? Ayacucho es una zona cultural, históricamente tiene mucho potencial turístico, pero nosotros mismos no somos conscientes que el turismo es lo que nos va a sacar de la precaria condición económica que tenemos. El rubro de la construcción es puntual, si no hay inversión desacelera la economía, pero el tema del turismo es constante.