ADIÓS SANTIVAÑEZ, Y ¿QUÉ VIENE AHORA?

Por Carlos Condori, antropólogo y periodista ayacuchano.
Un extraño hilo sostenía al ministro del Interior, Juan Santivañez, quien en una moción de censura en el Congreso no tenía cabida. Por el contrario , había emprendido una acción ofensiva contra el Ministerio Público, ubicándolo de esa manera en una posición de perfil frente a las acusaciones y demandas en relación con la seguridad pública en el país, convirtiéndolo por el contrario, en el artífice que ponía la puntería en la fiscalía de la nación. Esta situación lo ubicaba en el bloque de aquellos que quieren sancionar a la presidenta de los fiscales, dado que existirían situaciones que podrían calificarse como irregularidades.
En consecuencia, el hilo podía aun soportar al ministro, a pesar de los casi quinientos asesinatos que se han producido en el país durante todo su periodo de gestión. Además, se entiende que un cambio de gestión no resolverá en gran medida la situación de inseguridad que vive el país. Sin embargo , para muchos aparece al menos como un gesto, ante una situación que crece a la vista de todos.
No obstante, el asesinato de quien fue el vocalista de uno de los grupos musicales más importantes del país, Armonía 10, nos pone ante una realidad contundente. No solo se trata de peces pequeños que encuentran la muerte a manos de delincuentes, sino que también se está amenazando directamente a personajes con fama, presencia o importancia para el común de los ciudadanos.
Esto hace que el escenario político cambie de manera repentina y que aquel protagonista, aún sostenido por fuerzas políticas, porque no hay forma de sobrevivir en las condiciones actuales, pase a la condición de censura, que, siendo inminente, probablemente obligue a una renuncia. A estas alturas, la situación no solo tiende a ser insoportable, sino que se traduce en un verdadero escándalo que pone la puntería, ya no solo en el ministro, sino también sobre la presidenta Boluarte.
Las organizaciones políticas que habían negado su firma hacia la interpelación del ministro, dieron rápidamente paso a declaraciones públicas de quienes son los verdaderos decisores de la política partidaria mayoritaria en el congreso, entre ellos Fuerza Popular, para, inmediatamente, hacer posible una nueva iniciativa en el congreso para retirar a Juan Santivañez.
Todo indica que ya será un asunto de trámite, pero la verdadera preocupación ciudadana no es precisamente Santivañez como ministro, sino, sobre todo, la demanda de acabar con el gran e inmenso problema de la seguridad, que no es un asunto de personas, sino de conducción política general del país, capaz de convocar a todos los sectores sociales, políticos, empresariales, académicos y sindicales a poner el hombro y enfrentar el tema. Esta situación es, en verdad, complicada y podría a su vez abrir un horizonte distinto a la política nacional.
La seguridad es, hoy por hoy, la gran preocupación nacional, dado que afecta a todos los sectores, empezando por aquellos vulnerables, pero que ya llegan a espacios mayores que amenazan la gobernabilidad general del país. Mientras tanto, la actuación de la policía, de los Comités de seguridad ciudadana y del Frente de Defensa en el caso de Ayacucho, que anunció brigadas movilizadas, no pasa de ser simplemente gestos.
La seguridad es una realidad que genera crisis política y podría ser el detonante de situaciones mucho mayores, en el entendido de la necesidad de un liderazgo mayor con capacidad de cambio y compromiso en todos los niveles de gobierno y del estado.