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El CARNAVAL AYACUCHANO 2025: mosaico de tradición, resistencia y cambio

El CARNAVAL AYACUCHANO 2025: mosaico de tradición, resistencia y cambio

El Carnaval Ayacuchano, declarado Patrimonio Cultural de la Nación, es mucho más que una simple celebración; es una manifestación profunda de la identidad ayacuchana, un crisol donde convergen tradiciones ancestrales, alegría desbordante, irreverencia y una fuerte carga política.

Este artículo se basa en las noticias, entrevistas y artículos de columnistas que, durante los meses de febrero y marzo, se publica-ron en el diario JORNADA con referencia a los carnavales 2025.

Orígenes y evolución: Un legado vivo

 Los orígenes del Carnaval Ayacuchano se remontan a tiempos prehispánicos, fusionándose con las festividades traídas por los españoles durante la época colonial. Las antiguas ceremonias andinas, que celebraban la fertilidad de la tierra y agradecían a los Apus (espíritus de las montañas), se entrelazaron con las celebraciones católicas, dando origen a una festividad única y mestiza.

Esta relación del carnaval con el calendario agrícola lo destaca el ingeniero Jaime Chauca Luza, quien enfatiza que “la relación de carnavales e inicio de cosecha es notoria en algunos pueblos. Por ejemplo, en Huanta, muchas comparsas llevan como atuendo diversas frutas y plantas de maíz”. Esta relación, según Juan Camborda Ledesma, debe precisarse que el carnaval de Ayacucho, que se celebra en el entorno urbano, “tiene algunas diferencias con los de los distritos rurales, donde se mezclan con mayor nitidez la relación entre estas fiestas con las actividades agrícolas”.

Sobre el origen del carnaval, propiamente dicho, el antropólogo Jefrey Gamarra menciona que, “en sus inicios, los carnavales implicaban una inversión de roles y costumbres. Era una fiesta en la que, durante pocos días, la sociedad se liberaba de las restricciones habituales”. Camborda recuerda que “los carnavales son irreverentes. Desde la época romana, cuando estos eran los saturnales, durante las fiestas se burlaban de la doble moral de los romanos”.

Identidad ayacuchana en el carnaval: alegre, irreverente y contestaria en po­lítica

El carnaval es un espejo de la identidad aya­cuchana, reflejando la alegría y resiliencia de su gente, su capacidad para reírse de sí mismos y su fuerte conciencia política. En el contexto histórico de Ayacucho, marcado por la violencia durante el conflicto armado interno y la injusticia histórica, el carnaval se ha convertido en un espacio de expresión y resistencia, donde se reivindican los dere­chos y se denuncia la opresión.

Todas las comparsas reivindican su dere­cho a “expresarse” contra los gobernantes en sus diferentes niveles, desde el gobierno nacional, pasado por el regional y termina­do en el gobierno municipal. Este 2025, las críticas fueron directas contra la presidenta Dina Boluarte y su relación con el goberna­dor Wilfredo Oscorima por los relojes Rolex, las joyas que usa la mandataria y la cirugía a su rostro, que ellos consideran impropios de una presidenta. Asimismo, se reivindican la identidad ayacuchana como propia de un pueblo que no teme a la represión y que re­claman sus derechos a las autoridades. En ese sentido, enfilan sus canciones contra la policía y los militares, y el gobierno “de turno”. En esta línea, las canciones más di­rectas fueron de la comparsa “Sublevación Fajardina”.

Desde otras perspectivas sobre el carnaval, encontramos otras interpretaciones de la identidad ayacuchana, como un pueblo que respeta sus tradiciones, criticando como se ha alterado el libre paseo de las comparsas y la espontaneidad de las mismas. Para es­tas comparsas. el carnaval es parte de la tradición que une a los ayacuchanos y así lo entienden los integrantes de la “Wakcha Comparsa”, liderada por Lluqi. Para ellos lo importante es revivir la espontaneidad del carnaval.

Otras comparsas, al igual que “Wakcha Comparsa” consideran que se debe ser res­petuosos de las tradiciones del carnaval. En esta línea destaca la comparsa Sunqusuaku­na, de la Familia Sulca, quienes mantienen viva la tradición del carnaval ayacuchano, y afirman que, “Hasta el momento continua­mos difundiendo nuestra tradición”. Con el mismo pensamiento, están los integrantes de la “Comparsa Provincial Huanca San­cos”, también la “Asociación Cultural Los Legendarios Morochucos”, que aparte de su vestimenta tradicional, rinde homenaje a los jinetes de Pampa Cangallo que, armados con el tradicional cocobolo, participaron en la guerra de independencia.

El historiador Nelson Pereira, señala que “el Carnaval Huamanguino se ha transformado en una gran celebración en la que la preci­sión y el orden predominan sobre la espon­taneidad y la licencia”.

Impacto económico y turístico de los carnavales: un motor para la región

El Carnaval Ayacuchano se ha convertido en un importante motor económico para la re­gión, atrayendo a miles de turistas naciona­les e internacionales. Ricardo Rafael Quispe Artica, gerente general del Terrapuerto Li­bertadores de América, estima la llegada de 16,500 visitantes para el Carnaval 2025. Los comerciantes locales también se benefician de la festividad, con una alta demanda de instrumentos musicales y vestimentas típi­cas.

El ingeniero y periodista Mario T. Cueto Cár­denas destaca que “el movimiento económi­co, es decir, las transacciones económicas que benefician a numerosos sectores como empresas de transporte, comerciantes gran­des y pequeños, dedicados al expendio de bebidas alcohólicas y refrescos, hoteles y restaurantes, establecimientos y comercian­tes del mercado central, dedicados a la ven­ta y alquiler de vestimentas e instrumentos musicales, los artesanos, sin dejar de men­cionar los pequeños negocios establecidos en las calles de la ciudad.

La relación de identidad y cultura, como se describe en más de uno de los artículos pu­blicados en el diario JORNADA, son también atractivos turísticos que genera ingresos para la región.

Respetar la Tradición o apostar por la Inno­vación: un Debate abierto

Como toda tradición viva, el Carnaval Aya­cuchano enfrenta el desafío de equilibrar la preservación de sus raíces con la necesidad de innovar y adaptarse a los nuevos tiem­pos. Mientras algunos defienden la pureza de las tradiciones ancestrales, otros abogan por la incorporación de elementos moder­nos que atraigan a un público más amplio.

La Asociación Promotora Cultural Cangallo Señorial, por ejemplo, defiende la autentici­dad de las comparsas y critica la participa­ción de personas ajenas a la región. Com­parsas como “Makis Tradición” apuestan por la innovación, fusionando elementos tradicionales con toques modernos. La com­parsa “Tradición Huamanguina” busca pro­mover y difundir las tradiciones de la región de Huamanga. La comparsa Sunqusuakuna, por su parte, critica la organización del car­naval y su creciente mercantilización, y se­ñala que “los carnavales jamás deberían ser concursos”.

Este es un debate que para muchos es in­trascendente. Consideran que la propia dinámica del Carnaval va generar elemen­tos que forman parte de la tradición de los carnavales, como la música, las letras pi­carescas de las canciones junto a las que denuncia a los políticos y la injusticia social. Consideran que por ejemplo el vestido si puede cambiar, como ha sucedido con el re­emplazo del tradicional fustán blanco por la falta ayacuchana.

En lo que sí coinciden casi todos los que opi­nan sobre los carnavales, es que “Los carna­vales jamás deberían ser concursos” frase que corresponde al antropólogo y profesor universitario Fermín Rivera.

El carnaval ayacuchano: un legado en constante evolución

El Carnaval de Ayacucho como patrimonio de cultura viva, es un legado que debe pre­servarse, pero esto no debe negar que evo­lucione y se adapte a los nuevos tiempos. La ciudad invita al mundo a ser parte de esta fiesta única, donde la tradición, la resisten­cia y la alegría se entrelazan en un espectá­culo inolvidable. Estas son sus característi­cas esenciales. Sobre esta base se pueden introducir cambios si alterar su esencia.

Convertir el Carnaval como un producto tu­rístico requiere de acciones concretas. Cue­to Cárdenas reflexiona sobre los beneficios del carnaval y la necesidad de mejorar la infraestructura vial para que en años poste­riores los turistas no sufran las pésimas con­diciones de las rutas que conectan Ayacu­cho con otras ciudades del Perú. A pesar del incremento en los precios de los pasajes, las malas condiciones de las carreteras hubo una gran afluencia de viajeros, pero pudo ser mayor.

Para algunas comparsas, como “La Marina con aroma a naranja” el reto en los futuros carnavales, es continuar con su legado cul­tural y artístico, que lo considera parte fun­damental del carnaval. La “Comparsa Turís­tica Tradiciones de Huamanga”, considera que, con la experiencia de este año, promo­cionarán que todos, residentes en Ayacucho y turistas, disfruten del carnaval como una verdadera fiesta del pueblo. Que no sean es­pectadores, sino participantes.

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