EL HORIZONTE DE NUESTROS CARNAVALES

Por Carlos Condori, antropólogo y periodista ayacuchano.
El Carnaval ayacuchano fue declarado patrimonio cultural de la nación hace 19 años, en 2007. Fue un logro impulsado por la Federación Departamental de Instituciones Provinciales (FEDIPA), organización que representa a los ayacuchanos en la capital del país. Desde entonces, el carnaval de Ayacucho, junto con el de Cajamarca, tiene un lugar especial en el cronograma festivo del país. No hay un lugar en el país que no celebre esta fecha, pero son los dos con mayor referencia nacional.
La declaratoria de patrimonio cultural de la nación tiene el propósito de preservar el valor cultural y la originalidad de estas manifestaciones tradicionales de gran raigambre a lo largo del país, aunque en determinados lugares mantiene una característica propia que las hace únicas respecto a otros que también existen. En un mismo territorio, también existe la posibilidad de tener otros carnavales con peculiaridades, como el carnaval de Taulli, en el distrito de Carapo, en la provincia de Huancasancos, que el año pasado fue declarado igualmente patrimonio cultural de la nación. Un esfuerzo similar se realiza para rescatar la particularidad, por ejemplo, del carnaval de Vinchos, único ganador de un sinfín de certámenes llevados a cabo en todo el territorio nacional.
Sin embargo, lo original no quiere decir simplemente anquilosarlo o congelarlo; también puede verse enriquecido en un proceso natural de cambios, que resulta no solo importante, sino inevitable a lo largo del tiempo. Tales cambios, sin embargo, no pueden quitarle el valor ni desnaturalizarlo, sino, al contrario, enriquecerlo. Esa es la labor de instancias como el Ministerio de Cultura y las dependencias relacionadas con el tema en las municipalidades.
En consecuencia, la pregunta es: ¿cuánto tiene esta práctica, que cada vez se institucionaliza y crece a partir de diversas iniciativas en pueblos, distritos y provincias de Ayacucho, la posibilidad de enriquecerse con la riqueza cultural existente en el país e inclusiva internacionalizarse, teniendo en mente ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad?
La última presentación en nuestra ciudad de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Los Andes ha puesto el tema en la escena. Hemos tenido carnavales de seis regiones del país: Cusco , Apurímac, Huancavelica, Ayacucho, Cusco y Puno, que muestran la gran riqueza de la cultura peruana andina y rural, inigualable. En su presentación multicolor, desde la vestimenta hasta la música y los personajes, evidencian un valor mucho mayor de esta festividad extendida en el Perú.
Muchos han señalado que esta debe ser la imagen del bicentenario desde Ayacucho, convocando a representaciones nacionales e incluso latinoamericanas, como ya ocurre en provincias como Andahuaylas.
En otras palabras, es posible que el carnaval ayacuchano alcance una dimensión nacional, convirtiéndolo en el centro de toda la expresión cultural carnavalesca en el Perú. Desde ahí, se podría convocar también a representaciones internacionales, que puedan convertir a Ayacucho en la mayor atracción de los carnavales con cultura propia, única y auténtica.
Esto requiere un trabajo permanente y especializado en el tema, muy lejos de simplemente juntarse para buscar orden en los días del carnaval, que es la principal preocupación de las autoridades. Por ello, resulta importante el acuerdo de constituir una comisión permanente, que , sin embargo, hay que decirlo, no es un acuerdo novísimo. Es el temperamento y el acuerdo de siempre, pero que no llega a materializarse. El carnaval ayacuchano puede alcanzar una dimensión mayor.