El VRAEM ha demostrado el valor de la unidad
Entrevista a Hernán Palacios Tinoco, alcalde del distrito de Pichari, de la provincia de la Convención, Cusco, ubicada en la margen derecha del rio Apurímac, que divide los departamentos de Ayacucho y la ciudad imperial. Actualmente, presidente del AMUVRAE y, en esa condición, presidente de la Asociación de Mancomunidades Municipales del Perú.
Es usted, presidente de las mancomunidades municipales del país, en su condición de presidente de AMUVRAE, ¿qué significa?
Efectivamente, yo soy municipalista, muchos años, veinticinco años de experiencia de trabajo en gobiernos locales, la propia AMUVRAE, donde trabajé desde los veintiún años. Desde allí, entendí la importancia de asociarnos, de unirnos. Solo así pudimos traer recursos de cooperación internacional, del gobierno central, la PCM, que luego llevó a generar dispositivos legales, que permiten el funcionamiento formal de las asociaciones municipales. En ese sentido, yo creo que el VRAE ha demostrado que el valor de la unión, situación que nos ha permitido participar en una elección nacional. En el Perú hay doscientos trece mancomunidades municipales y más de mil municipalidades.
¿Eso quiere decir que, entre las mancomunidades, la mancomunidad del VRAE constituye un referente en el país?
De hecho, hoy en la comunidad del VRAE tenemos trece asociados formalmente, y en este momento hay otros diez en proceso de adhesión, que ha sido aceptada ya por la mancomunidad. Seríamos una de las asociaciones más grande del país. El AMUVRAE es un referente, Donde tú vayas, en el norte, en el sur, en el centro, cuando hablas del VRAE, este suena, porque la mancomunidad tiene una experiencia muy importante, porque viene desde el año 1999, también por sus logros, como la Universidad del VRAE. La sede es San Francisco y, eso tendrá que respetarse.
Siempre se ha hablado del VRAE, como un espacio peligroso de violencia, de zona de narcotráfico, ¿qué podría usted decir? ¿Cuál es la situación real?
Mira, justamente ese es uno de los objetivos que nos hemos trazado, las autoridades locales, las organizaciones sociales, de limpiar esta satanización que nos han hecho. Antes, a raíz de la falta de apoyo a la agricultura en las zonas altoandinas, muchos hermanos de las distintas provincias de Ayacucho, de Apurímac, de Huancavelica, de Junín, y de muchas partes de nuestro país, han venido al VRAE con una esperanza de sacar adelante a sus familias.
La coca que para nosotros es tradición, es cultura, es derecho de pueblos altoandinos, es derecho de los pueblos de la Amazonía, y es derecho desde nuestros antepasados, desde nuestros incas. La coca es sagrada, se ha utilizado para construir esos grandes imperios incas, se ha utilizado para poder labrar la tierra y hasta hoy se sigue en lo mismo. No por eso pueden satanizar esta hermosa tierra, que para mí es el paraíso.
Yo quiero decirle a todas los que leen este libro del bicentenario, puedes ir a cualquier distrito del VRAE y caminar tranquilo con tu celular. Hay todavía tiendas donde poner una silla y un palo de escoba y nadie entra a tu tienda. O sea, todavía vivimos en esa tranquilidad. No es como en Lima o las capitales de otras regiones, que tienes que estar cuidado tu celular y vamos a ver en qué momento te van a asaltar.
Entonces, creo que existe también la paz social, que no lo está percibiendo el país, la prensa nacional, internacional. Si bien es cierto, se han dado hechos aislados, aislados de ataques, pero en zonas alejadas del VRAE. Lamentablemente todo esto sigue haciendo que satanicen al VRAE y relacionan todos totalmente con el narcotráfico.
Si hoy revisamos la estadística y lo que está pasando realmente, se habrá reducido la coca, en un sesenta por ciento; primero, por la ley del mercado donde el precio de la coca, bajó totalmente a cuarenta y treinta soles la arroba. La gente está repensando y dice, voy a tener mi coquita que es un derecho, pero también ya piensa en el cacao, en el café, en los frutales. Creo que es el momento en el que el Estado también, en este bicentenario debería de impulsar procesos de desarrollo orientados en el tema productivo, la agroindustria y el turismo.
Se ha tenido algunos momentos importantes en que el gobierno, el Estado, incluso como política de Estado, se priorizó la atención al VRAE con más instituciones, más inversión. ¿Esto se ha mantenido?
Mira; por muchos años, y quiero decirte que tenemos esta ley, la del decreto 074, que establece la prioridad e interés nacional del desarrollo social y económico del VRAE, lamentablemente no hemos sido atendidos, era un simple documento. Entonces, cuando yo asumo la presidencia de la mancomunidad, salgo prontamente a todos los ministerios y en la PCM. Gracias a ello, hemos logrado activar todos los mecanismos de que el gobierno central dé una mirada importante al VRAE, por eso te comentaba que hoy tenemos estas mesas de trabajo en los distintos sectores estratégicos para el desarrollo del VRAE. Puedo decir, que hoy sí hay una mirada.
Por ejemplo, antes éramos administrados por la Autoridad Nacional del Agua, desde Abancay, la parte sur de todo el VRAE, y algunos incluso tienen que ir hasta Pucallpa, la parte norte del VRAE. Hemos logrado crear, por ejemplo, la autoridad local del agua, ahora sí, en el VRAE.
Hoy el Instituto Nacional del Café se va a construir en Anchihuay. Estamos viendo el tema de la UGEL, por ejemplo, en la margen izquierda del Rio Apurímac. Hemos logrado, crear la Universidad Nacional del VRAE, que ya tiene una comisión organizadora reconocida por el Ministerio de Educación.
En el mes de octubre, se ha llevado adelante una sesión de la comisión multisectorial de VRAEM productivo, que ha servido para marcar una agenda importante para el VRAE. ¿eso qué quiere decir? Eso da muestra, de que el gobierno está dando una mirada importante hacia el VRAE.
Haciendo una retrospección de veinte años, a esta parte ¿Tenemos otro VRAE?
Sí, es otro VRAE. Hoy, con una percepción y una visión distinta, que tenemos la zonificación ecológica y económica a nivel micro, que establece claramente que tipo de planificación necesitamos para una economía sostenible del VRAE, que está en la agricultura, la agroindustria y principalmente en el turismo.
Ahora estamos orientando nuestros esfuerzos a esas economías sostenibles. Pronto, se va a hacer el asfalto definitivo desde Pichari, Kimbiri hasta Quillabamba. Ya estamos en la fase de elaboración de expediente técnico. También ya estamos en la fase de elaboración de expediente técnico del asfalto definitivo desde Kimbiri hasta Satipo.
Se está elaborándose el perfil del aeropuerto comercial formal en Unión Asháninka. ¿Eso qué quiere decir? Nos va a permitir un flujo importantísimo de turismo de selva central, de Lima, Paracas, Ayacucho a Machupicchu. El VRAE va tener que prepararse para recibir ese gran flujo turístico. Entonces, sumado a esto, la pronta implementación de la Universidad Nacional del VRAE vamos a tener cambios estructurales sustanciales en el desarrollo social en todo el VRAE, ante momentos importantes.
Hay un desequilibrio que se mantiene entre las márgenes del río, entre las que están por el lado del Cusco y, el otro de Ayacucho. ¿qué se propone o qué se está haciendo en el tema?
El corazón del VRAE se extiende hacia Ayacucho, Cusco y Junín. La margen derecha del rio, que se extiende a todo el Cusco, cuenta pues con recursos del canon, porque en el Bajo Urubamba, están los yacimientos de cabecera, y efectivamente hay diferencias muy grandes. Por ejemplo, nosotros recibimos en toda la provincia de la convención, los distritos reciben canon gasífero y al frente reciben solamente el FONCOMUN y algo del FOCAM que lucharon hace muchos años desde el distrito de Anco. Quiero decir, también que se genera una dinámica económica en todo el VRAE. Nosotros tenemos hermanos que vienen de Sivia, Llochegua, San Francisco a trabajar en las distintas actividades y obras.
De hecho, hay una tendencia de demandar una región autónoma del VRAE que muchos intentaron, pero hay que tener muy claro, las normas que, en este momento, indican claramente, un proceso de regionalización, que busca juntar regiones y no dividirlas, consagrada en la propia constitución del Estado. Existen esas diferencias muy grandes. Recuerdo que, en el año 2000, la margen izquierda era la que tenía más recursos, que disponían de FONCOMUN como de 150 mil soles y la margen derecha, Pichari, recibía 28 o 30 mil soles de FONCOMUN. Esa realidad cambió sustancialmente.
A este dinamismo del AMUVRAE, un liderazgo nacional, ¿se podría decir, que se ha desplazado en algo al movimiento cocalero, que ahora parece no tener la presencia que tenía antes.
Por ley natural del de la baja de precios de la economía, la coca llegó a costar treinta soles, y ya no tenía la rentabilidad del caso para el agricultor o cocalero. Pasamos una época muy difícil después de la pandemia, fue muy complicada, la situación y yo veía, allí cómo hermanos agarraban sus cositas y volvían a sus ciudades, sus distritos. Si bien es cierto, se recuperó en algo los precios, que empezaron a retornar, pero acá ya nos encontramos, con esa enfermedad de la tupa que ha atacado la parte media alta muy fuertemente. Por eso decía, de las veinte mil hectáreas, dieciocho mil hectáreas que tenemos, hoy tenemos siete mil, ocho mil hectáreas de coca. En este momento, y con precios que no superan muchas veces los cien soles, ochenta, noventa soles, la gente está empezando a dar cuenta de que, si bien es cierto, hay que tener nuestra coca, pero también es importantísimo hoy ver un proceso de diversificación agrícola.
Por ejemplo, ahí está en el FICAFE, uno de los mejores productores a nivel nacional, tiene varias medallas de oro en los salones más exclusivos de Francia y los Países Bajos, eso muestra la potencialidad del VRAE. Tenemos potencialidad productiva y potencialidad turística; agroindustrial. En ese sentido estoy seguro que todavía teniendo nuestra mama Coca, nuestra sagrada Coca, vamos a entrar muy fuertemente a la diversificación productiva.
En estos doscientos años de república, ¿Qué podemos esperar para zonas como el VRAE?
Mira, yo creo que acá tenemos que reflexionar. Mira, doscientos años supuestamente de libertad, pero esta libertad, esta autonomía no se ve en la práctica, bueno, para mí, a ver, como profesional, como ciudadano, como político vemos bastante pobreza. A ver, el Perú necesita cambios estructurales en todos sus sistemas.
Como en otros países sus carreteras son rectas, pero tienen que hacer túneles, puentes aéreos, Desde Ayacucho hasta el VRAE, son sesenta kilómetros, en línea recta. Hoy tenemos una carretera de ciento ochenta kilómetros, donde nosotros buscamos curvas para que usted llegará a un pueblo, a un distrito. Llegaríamos, por ejemplo, en una hora y ahorraríamos cuatro horas, lo que significa ahorro en energía, en riesgo de vida. Esos cambios estructurales se necesitan en el país. Mientras en Lima, un tercer grado tiene 4 o 5 alumnos, en nuestros pueblos, tenemos un docente para seis grados. Imagínate como el profesor divide su tiempo, cuando la constitución habla de igualdad y oportunidades en la educación. Ese es el gran tema que debe evaluarse en el Bicentenario, que hace necesario políticas públicas en tal sentido. Hay muchas comunidades que siguen pagando el sueldo de los docentes. En salud estamos igual.
Pichari es un distrito con bastante población asháninca, ¿Cuál es la situación de los pueblos indígenas, sobre todo en todo el ámbito del VRAE?
Sí, nosotros respetamos mucho a la cultura viva. Nuestros hermanos mashiguengas y principalmente asháninkas, son los verdaderos dueños de del VRAE, de esta Amazonia. Ellos nos abrieron sus brazos allá por la década de los cincuenta, sesenta a nuestros primeros hermanos, colonizadores. Actualmente, hay una convivencia sana, una convivencia con mucho respeto hacia nuestros hermanos de las comunidades nativas.
Ellos también han logrado organizarte, está ahí el OARA y el NAMVRA que está cumpliendo un rol importantísimo. Hoy estamos trabajando en la georreferenciación de sus territorios para garantizar de verdad su bienestar.
Ahora, casi resumiendo podemos decir que el VRAE tiene una perspectiva diferente, y que el tiempo del narcotráfico es de tiempo ya muy corto, ¿Podemos tener esa esperanza de un desarrollo diferente al que se ha estado teniendo como soporte económico?
Sí, pero esto implica, una atención verdadera, real del ejecutivo, del gobierno nacional y de los gobiernos regionales, porque de no ser así, el narcotráfico, siempre va buscar posicionarse. Es el momento de una mirada integral al VRAEM. Están los ejemplos de San Martín, Tarapoto, que antes vivieron realidades similares y ahora vive del turismo y la agroindustria.
¿El bicentenario se siente en el VRAE?, ¿hay alguna actividad promovida de tal manera que se pueda hacer esas grandes reflexiones, que en realidad lo estamos haciendo también en esta entrevista?
No hemos sentido que el gobierno diga, oye, se viene el bicentenario, está Ayacucho, y parte de Ayacucho es el VRAE, y que hagamos cosas grandes para mostrar que estos doscientos años de independencia valga la pena. En ese sentido, no sentimos, digamos, el impulso que se le debe dar al desarrollo de nuestro país. Esperamos, que las autoridades regionales, locales también y las autoridades nacionales puedan entender que el país, la población está esperando cambios estructurales que permitan mejorar la calidad de vida de las familias, las personas, los pueblos.